ES INDISCUTIBLE que en política -como en todos los órdenes del comportamiento social- “la forma es fondo”, como bien lo interpretaba y difundía el indiscutible ideólogo veracruzano, don Jesús Reyes Heroles, pero acaso los pipiolos políticos -de la transformación- no entienden de modos, gestos, actitudes, comportamientos, palabras, mensajes, y todo aquello que es materia o substancia para influir en decisiones trascendentales. Por ello al coordinador de comunicación social del nuevo Gobierno, Iván Joseph Luna Landa no le preocupó, ni antes ni después de sacarse el premio y asumir funciones, tener la cortesía de una llamada a reporteros, jefes de información y redacción, directores o propietarios de medios de comunicación para ofrecer un saludo; ni siquiera para imponer su peso o colocarse de tapete, sino de ser cordial que al fin de cuentas lo cortés no resta méritos. Tal vez llegó a pensar que los “hambrientos” comunicadores se acercarían a él como abejas a la miel, porque ya era el rey por obra y gracia de las circunstancias, y en ese tenor, cuando se percató que las cosas no eran como suponía, embarcó a su jefe, el Gobernador Cuitláhuac García Jiménez vendiéndole la idea de que los periodistas se le pondrían de hinojos –como el Fiscal Jorge Winckler Ortíz ante Miguel Ángel Yunes Linares cuando le toma fotografías- con solo anunciarles que creaba el Premio de Periodismo Regina Martínez con motivo del Día del Periodista -que se conmemoró (ya que de ninguna manera puede ser una celebración) el pasado viernes 4-, pero cuál sería la sorpresa del mandatario Estatal al toparse con un incendiario gremio que le reclamó por tratar de colgarse de la fama de la bien recordada colega asesinada en el desgobierno de Javier Duarte de Ochoa, y lo que sería motivo de algarabía se convirtió en reclamos airados de una prensa vilipendiada, ignorada por quien nombró como vocero y coordinador de comunicación social y, lo que es peor, lastimada por tanto crimen sin esclarecer aunque, para variar, la gota que derramó el vaso fue la desafortunada declaración del flamante Secretario de Seguridad Pública, el neoleonés Hugo Gutiérrez Maldonado que justificó su inoperancia argumentando que: “¡hay ´policías malos´ y ´periodistas malos´”! que podrían estar al servicio de, o, coaccionados por la delincuencia organizada, y eso preocupa porque estarían distorsionando información a sueldo”, y todo porque según este soberbio funcionario –que viaja en lujoso vehículo blindado resguardado por dos camionetas suburban, una pick up y al menos una patrulla repleta de uniformados al estilo del criticado Arturo Bermúdez Zurita y del no menos desacreditado Fiscal General, Jorge Winckler Ortíz-, “ningún periodista ha publicado que el nuevo gobierno de Morena combatirá a fondo al crimen organizado, lo que para él es cuestionable y preocupante –como si el gremio estuviera a su servicio o fueran sus voceros o, en el peor de los casos, sus empleados-.
DICEN LOS estudiosos del comportamiento humano que la difamación es un truco sucio contra la reputación de alguien, ya que comúnmente describe algo malo y totalmente deliberado, aunque esencialmente se trata de una acusación falsa o un ataque al honor de una persona, y en ese tenor, calumnia e injurias -mentiras escritas o habladas acerca de un individuo, grupo o empresa- entran en la categoría de la difamación, y aunque no se trata de un delito punible, en todos los casos es cruel y maliciosa porque lleva un fin perverso. Por ello y otras causas, los comunicadores convocados al Patio Central de Palacio de Gobierno le salieron respondones al Gobernador García Jiménez y no es para menos cuando, de antemano, se observa que se quiso usar el nombre de Regina Martínez para colgarse una medallita, aunque el gobernante argumentó que el premio era para honrar a quienes han perdido la vida en el ejercicio de su profesión, a lo que inmediatamente obtuvo respuestas: si quiere honrar al gremio que se investigue y detenga a los asesinos de reporteros en los sexenios de Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes Linares que no son pocos, y ahí están los nombres de Raúl Gibb Guerrero, Roberto Marcos García, Adolfo Sánchez Guzmán, Luis Daniel Méndez Hernández, Noel López Olguín, Miguel Ángel López Velasco, Misael López Solana, Yolanda Ordaz de la Cruz, Regina Martínez Pérez, Gabriel Huge Córdova, Guillermo Luna Varela, Esteban Rodríguez Rodríguez, Víctor Manuel Báez Chino.
También Gregorio Jiménez de la Cruz, Moisés Sánchez Cerezo, Armando Saldaña Morales, Juan Mendoza Delgado, Rubén Espinosa Becerril, Anabel Flores Salazar, Manuel Torres González, Pedro Tamayo Rosas, Ricardo Monlui Cabrera, Edwin Rivera Paz, Cándido Ríos Vázquez, Gumaro Pérez Aguilando y Leobardo Vázquez Atzin, así como de Jesús Sandalio Mejía Lechuga, Anwar Castillo Domínguez, Evaristo Ortega Zárate, Gabriel Manuel Fonseca Hernández “Cuco”, Miguel Morales Estrada, Raúl Alfonso Rivera, Sergio Landa Rosales y Tomás David Mátus Galván, pero el Gobernador se sacó el bulto echando la “bolita” a la Fiscalía General del Estado a cuyo titular, Jorge Winckler exhortó a dar resultados, mientras que a los integrantes de la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas (CEAPP) les pidió renunciar si no han cumplido con su obligación, aunque si de renuncias se trata por incumplimiento ya debería comenzar por algunos ineficaces funcionarios de su gabinete.
MUY CLARO se lo dijo la reportera, Norma Trujillo Baez que encabeza el Colectivo Voz Alterna: “No podemos estar premio tras premio si no se ha hecho justicia a los periodistas (caídos). El primer premio que deben recibir estos periodistas es la resolución de sus casos, en donde se contemple su trabajo periodístico. No podemos dejar a la deriva eso, porque si lo dejamos así, seguirán ocurriendo agresiones”, y vaya que tiene razón, pero alguien tiene que informarle al Gobernador que las cosas no son tan simples como pretende. Por ello se vio forzado a posponer la creación del Premio de Periodismo que llevaría el nombre de la entrañable corresponsal del semanario Proceso asesinada en tiempos de Javier Duarte, pero de antemano debe entender que lo siguen engañando.
CIERTAMENTE, A García Jiménez le faltan “tablas” en muchas cosas, aunque eso no debería ser desmérito si se sacudiera a tanto asesor que solo busca sucederlo antes de que finalice su administración o cuando eso suceda, y en su lugar contratar a dos o tres expertos que le vayan diseñando la agenda de la semana, pues con el gabinetito que actualmente tiene lo más probable es el despeñadero como futuro inmediato, sobre todo en temas álgidos como la inseguridad y acuerdos de grupos internos –a los que el Secretario de Gobierno no pierde oportunidad de vilipendiar si no están de acuerdo con sus caprichos-. Por cierto, a Erick Patrocinio Cisneros Burgos ni Santa Claus ni Los Reyes Magos le trajeron el regalo que tanto ansía y pregona: la caiga de Jorge Winckler Ortiz, lo que ha tensado aun más la necesidad de ambos. Ojalá el Gobernador actúe por el bien del Estado. OPINA carjesus30@hotmail.com
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