TAL VEZ la percepción sea equivocada y solo se trate de figuraciones nuestras que no competen a una realidad palpable, pero en Veracruz –a más de un mes de iniciado el actual Gobierno- se comienza a percibir indiferencia oficial en torno a los grandes conflictos del Estado, entre otros la inseguridad que, no obstante haber cobrado en Diciembre la vida de al menos tres jefes policiacos y casi 160 personas en eventos diferentes, a nadie pareciera importar, como si los ejecutados se lo merecieran o no fueran seres humanos. Llama la atención que el Secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado –que ahora culpa a los periodistas de sus fracasos- no haya mostrado la cara una sola vez para defender a quienes fueron elementos de la corporación o municipales acribillados en el trágico mes de Diciembre, algo que en países como Estados Unidos es intolerable, a tal grado que un acto de semejante envergadura sería motivo de profundas investigaciones y castigo ejemplar para los responsables. Mientras tanto, los crímenes siguen al alza en cualquier parte del Estado y ya no solo en ciertos municipios de alta incidencia sin que se observe la operatividad de las instancias de Gobierno y Seguridad, salvo que esa sea la estrategia para acabar con la delincuencia: que se maten entre ellos mismos aunque, a decir verdad, secuestros, feminicidios, ejecuciones, robos con y sin violencia, extorsiones y allanamiento de viviendas con resultados trágicos y condenables como el ocurrido en Actopan, cuando elementos de la Policía Estatal allanaron un domicilio para robar unidades y todo lo que pudieron, están a la orden del día. Insistimos, si el Secretario de Seguridad ha decidido sacar las manos y que se abatan entre delincuentes, muy malo porque se están llevando en la refriega a personas productivas de la sociedad civil comúnmente plagiadas, jóvenes que por todas partes aparecen ejecutados y mutilados y mujeres de poca edad que de pronto desaparecen sin que se vuelva a saber de ellas, a no ser que sean encontradas sin vida y previamente abusadas.
VERACRUZ ES un infierno y a las autoridades parece no importarles y, lo peor, la policía sin control ejerce acciones de autoritarismo como el allanamiento, el pasado 31 de Diciembre de la vivienda de Abraham Rosado Zárate, que aunque nacido en la localidad Santa Rosa, municipio de Actopan, es ciudadano de Estados Unidos donde vive desde hace 30 años, en el estado de California. Los detenidos junto con Abraham Rosado fueron: Aniceto Rosado Zárate, Abraham Rosado Jr., Israel Kevin Cruz, Héctor Márquez Rosado y por lo menos dos mujeres, una de ellas menor de edad quienes fueron liberados esta madrugada de jueves luego de vivir una auténtica pesadilla durante 48 horas, toda vez que la Fiscalía General del Estado comprobó que la familia afectada no había cometido ninguna irregularidad, y que todo fue una burda maniobra de diez elementos de la Fuerza Civil para robarles dinero, pertenencias y llevarse dos camionetas en las cuales viajaban, una de las cuales no aparece y, al parecer, sirvió para que algunos de esos pésimos “servidores públicos” huyeran conscientes de las arbitrariedades que cometieron o, en otro caso, el haber baleado el pasado Día de los Inocentes el automóvil Cadillac placas de circulación MJJ-3128 de la Ciudad de México, en el cual viajaba una familia con dos menores de edad en la entrada del fraccionamiento Villas de la Llave, en Fortín de las Flores, algo que deja traumado a los niños de por vida, y todo porque los confundieron. Llama también la atención que tampoco haya tenido resonancia al interior de la flamante administración el secuestro y posterior ejecución del director de la Policía Municipal de Yanga, Edgar Hernández Blanco tras acudir a una reunión donde fue citado. El cadáver fue encontrado horas después en un camino vecinal con heridas de arma de fuego y mutilado, o que el mismo día en que Cuitláhuac García Jiménez asumió el poder, un grupo armado levantara sobre la carretera Federal Córdoba-Xalapa al director de Seguridad Pública de Acatzingo, Puebla, Christian Parada junto con el comandante Ángel Jiménez. Los mandos circulaban a bordo de la patrulla 03 cuando fueron interceptados por varias camionetas que se los llevaron con lujo de violencia, o que tres días después de asumido el cargo un grupo armado atentara contra un mando militar en Poza Rica y otra personas cuando transitaban por calles de la colonia División de Oriente. Los occisos se desplazaban en una camioneta Jeep Patriot de color blanco, con placas MPG- 3288 del Estado de México, cuando fueron agredidos a balazos por sujetos desconocidos quedando tirado un cuerpo sobre el pavimento y otro más sobre el volante al interior de la unidad. El primero era el oficial en activo de la Policía Militar, Armando Cano y el segundo, Gabriel Reyes Pancardo que viajaba de copiloto.
OTRO TETRICO suceso que escenificó la delincuencia fue cuando, sin temor a nada, varios sujetos armados se apersonaron el pasado 27 de Diciembre en un velorio donde dispararon contra el padre y tío de un joven que estaba siendo velado en la funeraria Armenta del municipio de Pánuco, perdiendo ambos la vida, y no obstante lo anterior, dispararon varias ráfagas contra el atad que quedó en el suelo ante la violencia innecesaria contra quien ya no existía sino en despojos. El joven que era velado había sido asesinado en la víspera. Ese mismo día, pero en Ixtaczoquitlán, policías se enfrentaron a presuntos huachicoleros que lograron escapar pero hirieron a dos elementos, y tampoco ha dicho nada el Gobierno en su defensa. Hablar de los asesinatos perpetrados contra mujeres es trillado: las desaparecen y días después aparecen como el más reciente hecho ocurrido el pasado domingo en el puerto de Veracruz, cuando atrás de los colegios contiguos a la Laguna de Lagartos, a un costado de las instalaciones del CECATI Número 42, en la Unidad Habitacional Las Brisas fue encontrado el cuerpo de Mónica Cházaro cuyo cadáver presentaba huellas de violencia; la dama había sido reportada como desaparecida por sus familiares desde hacía cuatro o cinco días.
Y QUE decir de las ejecuciones tumultuosas que se han puesto tan de moda en esta naciente administración, como ocurrió en Atzalan horas antes de que terminara el año, cuando cuatro jóvenes fueron ejecutados y sus cuerpos abandonados en una cuneta sobre rocas, maniatados, con huellas de tortura y disparos de arma de fuego en la cabeza y otras partes de los cuerpos. Por eso los habitantes de esa región han elevado enérgica protesta para ser escuchados por el gobernador Cuitláhuac García Jiménez y su frívolo secretario de gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos. Y es que no pasa un día, desde hace más de un mes sin que ocurran hechos violentos en el Estado, dando la impresión de que no hay Gobierno. Sin duda, ante semejante escenario no queda sino rememorar las palabras del empresario Alejandro Martí, pronunciadas en Agosto de 2008 al Gobierno de la ciudad de México tras el secuestro y muerte de su hijo: “Señores, si no pueden, renuncien, pero no sigan ocupando oficinas de gobierno y recibiendo un sueldo, porque no hacer nada también es corrupción”. Así de simple. OPINA carjesus30@hotmail.com
SE ANEXAN HECHOS SANGRIENTOS OCURRIDOS EN DICIEMBRE Y PRIMEROS DIAS DE ENERO ( VER ARCHIVO )
|
|