EN SU servilismo falaz, al Presidente del Congreso del Estado, José Manuel Pozos Castro no le importa que en Veracruz se acumulen ejecuciones –alrededor de 83 entre el primero de Diciembre y el 18 de este mes-, secuestros con finales drásticos -como el perpetrado contra la estudiante Itzel Mar Betancourt, hija de la empresaria Gabriela Betancourt, cuyo cuerpo fue hallado en un paraje con huellas de violencia y disparos de arma de fuego, y ante lo cual su madre le pide perdón en su cuenta de Facebook “porque no trabajé lo suficiente para poder pagar tu rescate y te dieron muerte”, tras reiterarle que la ama, que desea que descanse en paz. “Hija, perdóname por no haber tenido suficiente dinero para pagar. Un beso mi amor. Dios te reciba con los brazos abiertos y tu papi Ramón Mar Betancourt te ayude a llegar al Reino de los cielos”; tampoco le interesa que un grupo de malandros haya rociado de gasolina a clientes en la sucursal bancaria de Coatepec amenazándolos con incendiarlos si oponían resistencia al asalto a la institución y a ellos mismos. El diputado, ex militante del PRI, luego del PAN para convertirse en el peor enemigo del “tricolor”, y ahora de MoReNa desde donde ejerce represión contra sus antiguos compañeros panistas, viaja en una moderna camioneta Suburban 2019 color negra con chofer, muy contrastante con el estilo que se ha impuesto el Gobernador Cuitláhuac García Jiménez de transportarse en ADO e, incluso, en taxis o urbanos –como solía hacerlo “en la plenitud del pinche poder” Fidel Herrera Beltrán-, y en ese tenor, el tuxpeño que aspiraba a la Secretaría de Seguridad Pública con solo haberse desempeñado como titular del llamado C-4, pide a los veracruzanos tener calma y darle tiempo al Gobierno del Estado para ofrecer resultados en materia de combate a la inseguridad
PERO, UNO se pregunta ¿podrán tener calma los deudos de los más de 80 asesinados en el arranque del actual sexenio o, los niños que se quedaron sin padre, las mujeres u hombres viudos y los padres a quienes les arrebataron a sus hijos(as)? ¿Ya encontraron todos ellos resignación ante tan brutales desenlaces?. Bien lo decía el escritor, médico, psiquiatra y filósofo argentino, José Ingenieros, autor de “El hombre mediocre” entre muchas monumentales obras: “Siempre habrá evidente contraste entre el servilismo y la dignidad, la torpeza y el genio, la hipocresía y la virtud”, y acaso no le falta razón cuando justifica yerros –como lo hizo Yunes Linares en su momento-, “por las pésimas condiciones de inseguridad en que se recibió el Estado”, cuando tuvieron casi seis meses para planear lo conducente. Pero “el servilismo produce amigos”, decía Terencio, “la verdad solo odio”, aunque preferimos lo último si se trata de plasmar la veracidad y no argumentar para quedar bien con el poder que: “se requieren acciones concretas como se están tomando (¿?), y hay que entender (¿entender qué?); pediría un tiempo razonable para dar resultados en el tema de seguridad”, insiste quien no desea ver la realidad evidente en infinidad de municipios gobernados por el Movimiento de Regeneración Nacional (como Coatzacoalcos, Minatitlán, Xalapa y Poza Rica, por solo mencionar algunos) y el propio Estado.
POZOS CASTRO, sin embargo, se enceguece ante la realidad denunciada por el regidor de la Comisión de Policía y Prevención del Delito del Ayuntamiento de Xalapa, Juan Gabriel Fernández Garibay, quien de plano pedirá al Cabildo de Xalapa devolver la función de la Policía Municipal al Poder Ejecutivo del Estado, ya que los elementos que el inefable alcalde, Hipólito Rodríguez Herrero envió a capacitar a Puebla, ni siquiera recibieron instrucción de cómo usar un arma. En suma, no están capacitados para dar un buen servicio a la ciudadanía, por el contrario, serían un riesgo para la propia seguridad de los gobernados. Y es ahí donde el Congreso del Estado debería intervenir para pedir cuentas al munícipe, ya que se gastó por capricho fuerte suma en el adiestramiento de los uniformados, dinero que, al parecer, fue a dar al bote de la basura ya que los elementos no aprendieron nada donde, seguramente, nada les enseñaron.
DICE EL regidor que, aunado a ello, no se ha cumplido con la promesa en el Gobierno de Rodríguez Herrero de contar con 1 mil 200 policías municipales, pues hasta ahora van 75. Por ello insiste que a reserva de lo que pueda hablar con la comisión de Seguridad y presentarlo al Cabildo, tiene la firme intención de pedir que se devuelva la policía al Estado, y lamenta que eso ocurra: “yo no tengo conocimiento del por qué no tomaron prácticas de tiro, pero si no se podía dar el equipamiento pertinente no debían tomar el curso, y qué tristeza que no se haya ejercido el recurso para ello, aunque a decir verdad, la torpeza debería pasar a una investigación que determine dónde estuvo la falla y castigar a los responsables. Por lo pronto dice que no deben salir esos cadetes a la calle, “no es culpa de ellos, pero definitivamente no podemos tener una persona que ponga en riesgo la seguridad de los xalapeños por no saber manejar un arma”, y vaya que le asiste la razón al regidor que reconoce que la inseguridad se vive de manera más evidente en la periferia y en los límites con los municipios conurbados a la capital del Estado, donde las ejecuciones, asaltos y robos están a la orden del día. Y uno se pregunta: ¿Qué no debería intervenir el Congreso del Estado en vez de solapar, por servilismo, todas las ineptitudes cometidas por autoridades municipales solo porque son de MoReNa?.
LO QUE si justifica Pozos Castro es la presencia del ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita en las instalaciones del Palacio Legislativo para interponer una denuncia de juicio político contra el Fiscal General del Estado, Jorge Winckler Ortiz: “él puede venir al Congreso las veces que quiera, pues es su derecho y ésta es su casa”. En fin, cerrarse a la realidad solo conlleva al servilismo ruin, y no hay nada peor que esa tendencia exagerada a servir o satisfacer ciegamente a una autoridad con tal de obtener beneficios o favores. Así se construyen los grandes yerros de los gobernantes: escuchando al adulador que censura los verdaderos sentimientos de una sociedad avasallada, como está ocurriendo ahora, por la inseguridad, y aclaramos: no estamos culpando a las nuevas autoridades de lo que está ocurriendo en el Estado, sino acaso de carecer de experiencia en temas tan acalorados que merecían experiencia y conocimiento, y asumirse como expertos sin serlo es, sin duda, deshonestidad. Por lo demás, José Manuel Pozos Castro solo cumple con una función que se le da, y que lo mismo ha ejercido en su paso por el PRI, PAN y PRD, cuyos caminos ha dejado sembrado de traiciones. OPINA carjesus30@hotmail.com
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