La acción política es una verdadera caja de Pandora, está cerrada, pero latente en espera de que llegue un político y abra la dichosa caja; por supuesto, tenía que ser una mujer la creadora del sortilegio: Atenea dotó a Pandora de toda clase de virtudes y cualidades, al plantarla en la tierra le obsequió una caja que contenía todos los males, ergo, no debía ser abierta pero, que se aparece el idiota de Epimeteo y destapa la cajita, esparciéndose por todo el mundo los males más increíbles, nadie sabe quién cerró la caja pero dentro de ella solo quedó un bien “La Esperanza”
Nuestro mundo político está hoy ocupado en un alto porcentaje por personas que entran a ese mundo con todas las virtudes, muy pocas, y defectos, muchos, que adornan su personalidad, cada una de ellas con la caja que contiene todos los males. Teniendo la consigna atávica de abrir la pinche caja, los males que están latentes en el comportamiento humano, saldrán de la caja inundando el Universo, afortunadamente quedamos en espera de que también un político abra nuevamente las cajas y surja la Esperanza para redimir de su oscuro pasado a la humanidad.
Pues parece que los mexicanos tenemos nuestro Epimeteo que, teniendo presente que los males están esparcidos, se tiene la Esperanza de que algo quede para recuperar el estatus de felicidad que por siempre debiera adornar al político; aparece el Mesías, el líder, el salvador de la humanidad, Andrés Manuel López Obrador. Ofrece el oro y el moro, como Presidente electo se dispone a destapar la caja para bien de los mexicanos, vivimos esperanzados y AMLO nos da esperanza de levantar la cerviz y acometer el trabajo fecundo y creador, pero… El peje es político, humano con la falibilidad propia de los políticos, mucho nos ofrece. Si puede cumplir la mitad de lo prometido, bien, muy bien nos ira a los mexicanos.
AMLO es un político non, de los contados personajes que ante la derrota levanta la cara y emprende con mayor fuerza en busca del éxito, lo por él realizado es extraordinario: luchar más de 18 años para lograr la Presidencia de la República es único, ahora viene lo bueno, podría ser lo malo. Para llegar a donde llegó fue necesario mentir y como político avezado en el arte del engaño, continuará engañándonos como lo está haciendo con las vaciladas conocidas como consulta popular: popular por la categoría de los contados asistentes a las ánforas.
Son populares las consultas, pero la gente pensante rechaza creérselas a pie juntillas. El porcentaje de personas que acuden a las consultas es una mínima parte de la población con derecho a sufragio, ante ello se acepta lo de popular, pero carece de credibilidad al dejar de ser consulta a los mexicanos, nos engaña. Esperemos que, en la realidad, haga buena la postura esperanzadora que adorna a nuestro Epimeteo. ¡AGUAS!
Noviembre 25 del 2018 lmwolf@prodigy.net.mx Luis Martínez Wolf |
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