Tengo en mi negocio una planilla de trabajadores que varía entre diez y veinte técnicos y trabajadores, pago por todos ellos la cuota patronal y cubro la obrera como prestación, por ello, aporto al IMSS una buena cantidad de la que nunca me aparto, pues de hacerlo, me caen los cobradores del instituto que son drásticos y reclaman sus derechos establecidos por ley.
Por versiones que no podría comprobar, siempre que tuve necesidad e atención médica, acudí a clínicas privadas y establecí contacto con un médico que adquirió carácter de médico familiar, mis trabajadores siempre estaban reclamando por el mal servicio del instituto, no les hacía mucho caso pues suponía que eran unas de las muchas trácalas o argumentos de algunos obreros para no cumplir con su responsabilidad, se quejaban entre muchas cosas que las citas para recibir atención se demoraban o programaban con muchos meses de anticipación, también protestaban por los escasos y no apropiados medicamentos que prescribían los médicos del IMSS, lo declaraban por tener que acudir a médicos privados para sanar de males que no resolvían en el IMSS, siempre era un alegato de mi parte pues para atenderse de una enfermedad menor perdían un día en la atención “Programada” y ya en plan de flojos lograban les concedieran varios días de incapacidad, toda una bronca.
Para mi mala fortuna caí en desgracia o enfermedad, de esas cuya atención sale muy costosa, me invadió un Linfoma no Hotkin del manto, grado cuarto, muy serio el pronóstico, considerando la gravedad y el alto costo en una clínica particular y siendo derecho habiente, acudí para mi atención al IMSS, resultó por principio de cuentas que las citas programadas no tenían vigencia, eran, son una burla al derecho habiente, a mi me citaban a las 08:00 y después de una espera angustiosa de tres o cuatro horas me atendía un médico que invariablemente estaba con la carga de trabajo acumulada y la atención era superficial.
Después de varios meses de quimioterapia se decidió someterme a radiación, como en la clínica de alta especialidad no tienen el equipo, debí ir a Xalapa para ser atendido de 35 radiaciones, después de esa tortura se decidió someterme a una cirugía de la que parece salgo bien, pero tengo que continuar con las citas demoradas para ser atendido, ni hablar de los medicamentos, por recomendación de un médico privado debo comprar las que mi problema demanda , pues en el IMSS no se tienen en el cuadro básico. Relatar las malas que he pasado requiere elaborar un tratado al respecto.
Debo aclarar que aunque existen en el IMSS una caterva de malos médicos, groseros y desubicados profesionalmente, también los derechohabientes con suerte, somos atendidos por excelentes médicos y enfermeras (os) que hacen gala de su profesión, atención diligente y con buen talante para tratar a los enfermos.
Le doy toda la razón a mis trabajadores, no es culpa de ellos el mal sistema que se aplica en el Instituto, es simplemente una deformación de procedimientos, que al final de cuentas, según opinan algunos expertos en medicina, se pretende acabar con el servicio preciso o adecuado para que los enfermos deban acudir a las muchas clínicas privadas y comprar los medicamentos en las muchas farmacias que trabajan alrededor del IMSS y tienen los medicamentos que prescriben los médicos del Instituto pero no están en el cuadro básico. Ni modo, México creo en ti. “AGUAS” Noviembre 12 del 2018 lmwolf@prodigy.net.mx Luis Martinez Wolf |
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