JAVIER DUARTE de Ochoa es, sin duda, un desvergonzado corrupto de siete suelas -que al declararse culpable por los delitos de lavado de dinero y asociación delictuosa, así se auto reconoce-, y ese discurso de odio desatado en contra del ex Gobernante fue aprovechado por Miguel Ángel Yunes Linares para ganar la Gubernatura y, vaya que le dio resultados: Duarte terminó en prisión extraditado a México donde purga condena de 9 años, y junto con él, infinidad de colaboradores son procesados en Pacho Viejo, pero se le pasó la mano al oriundo de Soledad de Doblado al etiquetar de deshonestos o polutos a todos e iniciar una venganza basada en la persecución, incluso contra medios de comunicación a los que acusó de haber recibido, en general –porque midió a todos con el mismo rasero- 8 mil 727 millones de pesos en la pasada administración, más de 4 millones diarios en pagos para promover su imagen y promocionar las acciones de su administración. Sabedor de que el rencor despierta pasiones, quiso repetir la fórmula para hacer ganar a su hijo y, de paso, irrumpió contra el Movimiento de Regeneración Nacional y sus candidatos a la Presidencia y Gubernatura, Andrés Manuel López Obrador y Cuitláhuac García Jiménez a los que tachó de todo, hasta llegar a la ofensa personal fuera de contexto y alejada de cualquier gesto de urbanidad política. Se excedió en los epítetos, y acaso por ello –siguiendo siempre las instrucciones de quien será Presidente de México-, desde la Cámara Baja del Congreso de la Unión la bancada del Movimiento de Regeneración Nacional por conducto de la diputada Federal, Dorheny García Cayetano, propuso un Punto de Acuerdo ante la Cámara de Diputados para que la Procuraduría General de la República (PGR) informe sobre la investigación por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero en que se involucra a Yunes Linares, pues adelantó que actualmente existen tres denuncias penales contra el actual Gobernador a las que darán seguimiento, en un anticipo del infierno que estaría por vivir quien entrega la estafeta en el último minuto de Noviembre.
PREVIAMENTE, EL ex Director General de los Servicios Periciales y ex Fiscal Auxiliar del Fiscal Regional Zona Centro Xalapa, Gilberto Aguirre Garza, actualmente preso por el presunto delito de desaparición forzada, recurriendo a su equipo de abogados presentaron denuncia penal contra el Gobernador Miguel Ángel Yunes Linares; el Fiscal General, Jorge Winckler Ortiz; el Fiscal Anticorrupción, Marcos Even Torres Zamudio y el Fiscal Especializado para la Atención de Denuncias por Personas Desaparecidas, Luis Eduardo Coronel Gamboa, todos por presuntos delitos de tortura, asociación delictuosa, abuso de autoridad, incumplimiento de un deber legal, falsas denuncias y simulación de pruebas y contra la administración de justicia. Y aunque Winckler Ortiz seguramente echará al cesto de la basura la querella, lo cierto es que el Fiscal será echado en las próximas semanas o meses como lo hizo el gobierno yunista con Luis Ángel Bravo Conteras, y entonces se les vendrá la noche encima, pues los casos serán llevados hasta las últimas instancias y consecuencias, incluso el de varios jueces que se prestaron al juego perverso de la Fiscalía, y que de acuerdo a informes subrepticios que conoce este reportero, ya están identificados como parte de las complicidades, aunque insistimos: ¿se debe actuar por venganza o por justicia?. El ejemplo de Yunes Linares contra el duartismo es más que evidente, y las consecuencias están a la vista ya que el tema de la corrupción de Javier Duarte terminó ocupando el 90 por ciento del espacio del, todavía, Gobernador en funciones, olvidando otras promesas como acabar con la inseguridad en seis meses, algo que, definitivamente, no fue alcanzado, por el contrario, la violencia se incrementó hasta alcanzar niveles inimaginables, y el asesinato de la joven estudiante de medicina, Valeria Mariann Cruz Medel, hija de la diputada federal Carmen Medel Palma, del Movimiento de Regeneración Nacional vino a complicarle más la existencia al futuro ex Gobernante, y qué decir de la recesión en la que deja el Estado, con menos empleos y con un rencor social que basta tocarle el tema a la sociedad para que en redes despotriquen contra quien prometió sin cumplir.
POR ELLO, Cuitláhuac García Jiménez debe cuidarse muy bien de incurrir en el mismo juego yunista, el de la venganza a ultranza contra el antecesor, ya que el rencor terminará absorbiéndolo y se olvidará de gobernar, dejando de lado las expectativas prometidas y alentadas que son muy elevadas. Ya solo faltan 19 días para que asuma el poder, y si el Gobernador electo insiste en que el homicidio de Valeria Mariann Cruz Medel, hija de la diputada federal morenista, Carmen Medel Palma no fue producto de una confusión con una mujer vinculada a la delincuencia, como lo asegura Yunes, tendrá la oportunidad de esclarecerlo y evidenciarlo recurriendo al Estado de Derecho; mientras tanto, sería sano evitar especulaciones por respeto a los familiares de la víctima que observan como convierten un hecho doloroso en circo, llevando a la escena carroñera un tema que debería dolernos y preocuparnos a todos, porque fue cegada una vida joven, futura profesionista y una dama, de acuerdo a quienes la conocieron, sin mácula relacionada con actos vergonzosos. Dice Cuitláhuac que en las primeras versiones se supo que el homicida esperó a la víctima hasta identificarla, por lo cual él (el asesino) no tenía confusión sobre a quién estaba esperando para matar, y fueron nueve balazos, de tal manera que el supuesto error no es creíble. Y uno se pregunta: ¿Qué pretende con ello? ¿Decir que Yunes la mandó matar o alguien ligado a él o a su gobierno fue quien lo hizo? Eso sería gravísimo y aventurado en quien será el titular del Ejecutivo, y nadie desea que se repitan escenas de rencor que estancan al Estado, sino certezas basadas en el imperio de la ley.
UNO DESEARÍA que el próximo Gobernador, tras ocho años de yerros, sea un estadista que asuma la ley como principio fundamental de su quehacer, y no porros sedientos de venganza, porque el Estado ya está muy descompuesto como para echarle más paja a la hoguera. Sin duda, García Jiménez debe esperar a que sean las autoridades judiciales las que determinen lo conducente en materia de justicia, y si el Fiscal no convence, debe apelar a su derecho de pedir al Congreso que lo investigue y, de ser necesario, le inicien un juicio político que lo remueva, pero especular solo por rencor no es precisamente el mejor camino. Y es que nadie, ni siquiera el Gobernador en funciones o el electo deben apelar a la división de los veracruzanos, porque un pueblo dividido se torna débil, como endeble se va convirtiendo el gobierno que representa a través del Ejecutivo, y si no que le pregunte a Miguel Ángel Yunes Linares que de tanta división que provocó, terminó más solo que un resentido en el día de San Valentín. Así las cosas…OPINA carjesus30@hotmail.com
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