Pocos, muy pocos mexicanos tienen conciencia de la importancia que la Marina Mercante tiene en el ámbito económico, político y estratégico para el desarrollo nacional, muchos consideran que es un mal necesario, pues los barcos son únicamente el necesario vínculo entre el productor de mercancías y el consumidor, cierta la definición más falsa la calificación en cuanto a la importancia del vínculo.
México mueve aproximadamente 360-400 millones de toneladas de carga a través de sus puertos, menos de 1% de esa carga se realiza mediante barcos nacionales u operados por empresas mexicanas, todo mediante barcos o empresas extranjeras que grave daño causan a la economía nacional por fuga directa de divisas, sin contar el grave daño que causa a la economía nacional por las actividades marítimas y portuarias que se realicen con trabajadores extranjeros. La evaluación de la pérdida tiene muchos factores de valoración, si consideramos solo la salida de divisas, es del orden de 12000 MDD, más si damos la justa valoración tomando en cuenta la rentabilidad social marginal, los analistas duchos en economía califican la perdida en el orden de 25,000-30,000 Millones de Dólares.
¿Dónde anda la falla? Todo es conocido y divulgado, sin embargo, no se hace nada en los altos niveles de gobierno por dos causas evidentes y fácilmente comprobables:
Primera.- La tremenda ignorancia que padecen los altos funcionaros encargados de los asuntos marítimos y portuarios, imposible regularizarlos o impulsarlos estando en manos de pendejos o ignorantes, es pedir peras al olmo; no saben el daño que causan, por que ignoran la materia y no tienen la formación académica para visualizar los asuntos a su encargo.
Segunda.- Proclividad innata a la corrupción que tiene el mexicano, con la enseñanza de los navieros o empresarios marítimos griegos, los expertos mexicanos son auténticos piratas, son capaces de corromper a cualquier funcionario, sin tener el más leve sentimiento nacionalista, solo se conoce el corrupto sistema de bróckers, comisionista y subrogador de contratos que encarecen la actividad marítima, nos entregan a los refinados transas internacionales que bien conocen como jugar con cartas marcadas.
No hay Marina Mercante, menos existen los líderes que trabajen por reivindicar los valores que antaño dieron lustre a los auténticos marinos, hoy tenemos una caterva de malos dirigentes, agrupados en un mal llamado Frente Unido, que desunidos cual buitres carroñeros, solo buscan chamba para robar al amparo de coaliciones con quien les ofrezca mejor hueso. Queda aclarado, los barquichuelos que se dice van a construirse en tres astilleros, no califican para registro del tonelaje manejado por un país, debemos entrar a la construcción de grandes buques, ya llo hicimos con los petroleros have mas de 20 años, hay que repetirlo mejorando procedimientos, sin transas, veremos si AMLO cumple su palabra. ¡AGUAS! Noviembre 10 del 2018 lmwolf@prodigy.net.mx Luís Martínez Wolf |
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