UNO DE los derechos fundamentales de la sociedad en general, y no solo de políticos, empresarios, dirigentes sociales o entes que tengan que ver con la cosa pública es, sin duda, el “derecho de réplica”, el cual, de acuerdo a esa ley, se refiere al derecho de toda persona a que sean publicadas o difundidas las aclaraciones que resulten pertinentes respecto de datos o informaciones transmitidas o publicadas relacionados con hechos que aludan, que sean inexactos o falsos, y cuya divulgación le cause un agravio ya sea político, económico, en su honor, vida privada y/o imagen a un imputado, y qué bueno que eso ocurra porque los comunicadores ni somos dueños de la verdad absoluta –aunque algunos se lo crean-, ni sabios o eruditos, sino seres humanos que se equivocan, con fallas y aciertos, errores y virtudes, pero al final del día, uno más en el concierto del planeta. Por ello es bueno que el Presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador deje en claro que respetará la libertad de expresión pero ejercerá siempre su derecho de réplica, pero ojalá lo haga con respeto, sin victimizar a nadie o anteponiendo epítetos y, mucho menos, con el peso de la institución que representa, pues sería lamentable que en la interpretación de sus argumentos, la sociedad se convierta en enemiga de los medios de comunicación y, peor aún, en víctimas de fanáticos que terminen linchando a reporteros solo por contradecir a quien consideran su mesías o salvador, como ya ha ocurrido al menos en redes sociales contra los críticos de AMLO.
APENAS EL 22 de Enero de este año, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación dejó en claro que el “derecho de réplica” no aplica para información cierta, aunque una persona considere que la agraviaron con ella, y solo está limitado para información que sea falsa o inexacta, esto luego de que los partidos de la Revolución Democrática y MoReNa, así como la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) presentaron acciones de inconstitucionalidad. Ahí mismo se reiteró que el derecho de réplica es una herramienta que garantiza que una persona que fue aludida por información falsa o inexacta que le produjo un agravio, tendrá oportunidad de dar su versión de los hechos, pero aclaró que su objetivo no es eliminar la información original, ni que exista una declaración de cuál es la información verídica, ni un mecanismo para reparar el agravio, pues para eso existen otros mecanismos legales.
INSISTIMOS: ES bueno que los gobernantes hagan uso de su derecho de réplica cuando consideren que la información que se publica contra ellos es falsa o inexacta o contiene adjetivos que les afectan, pero cuando es cierta no caben las descalificaciones o amenazas, sino presentar la información pertinente que avale el desmentido, porque muy claro lo establece el artículo sexto constitucional: “La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito o perturbe el orden público; el derecho de réplica será ejercido en los términos dispuestos por la ley. El derecho a la información será garantizado por el Estado. Toda persona tiene derecho al libre acceso a información plural y oportuna, así como a buscar, recibir y difundir información e ideas de toda índole por cualquier medio de expresión”, mientras que el Séptimo rubrica: “Es inviolable la libertad de difundir opiniones, información e ideas, a través de cualquier medio. No se puede restringir este derecho por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares, de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por cualesquiera otros medios y tecnologías de la información y comunicación encaminados a impedir la transmisión y circulación de ideas y opiniones”.
PERO LA libre expresión de las ideas no es solo privativa de los medios de comunicación, reporteros o periodistas (como rimbombantemente se hacen llamar algunos), sino para toda la sociedad, y mucha de ésta se expresa ya en redes sociales con apertura aunque, habría que reconocerlo, con excesos, ya que recurriendo a cuentas anónimas muchos externan el rencor social acumulado o la virulencia contra alguien. Andrés Manuel López Obrador puso en claro que su aspiración "no es ser un dictador, sino representar a una República democrática" y anticipa que si bien respeta la libertad de expresión, ejercerá siempre su derecho de réplica a las críticas que se le hagan, pues la libertad de expresión “implica mensajes de ida y vuelta”, y vaya que tiene razón pero, insistimos, siempre y cuando sea con respeto, sin alentar campañas de odio contra los medios y, mucho menos victimizar a quienes le contradicen respaldado por el cargo que representa. AMLO lo explicó directo como suele ser tras responder a una revista semanal y a comentaristas de televisión que lo critican: “se habla mucho de la libertad de expresión pero se niega la posibilidad de la réplica. Quisieran estarnos cuestionando y que nos quedemos callados pero, no, no va a ser así”. El Presidente electo rubricó que el debate debe ser respetuoso, “pero tiene que haber diálogo circular y tiene que haber libertades plenas y para todos. Para que el que critica en los medios, y el que es criticado, que tenga el derecho a la réplica y voy a ejercer siempre ese derecho y que nadie se sienta ofendido. Lo voy a hacer siempre de manera respetuosa”, y eso, sin duda, esperamos todos, y que se lo haga sentir así a sus seguidores más fanatizados.
EN VERACRUZ se espera lo mismo. Que el futuro Gobernador del Estado respete la libertad de expresión y que de igual manera se le respete el derecho de réplica, pues solo de esa manera se avanza hacia una sociedad más igualitaria, transparente y democrática, aunque se asume que la crítica no debe ser pretexto para iniciar campañas contra medios, como ha sucedido con anteriores administraciones en donde se cancela desde la publicidad hasta los informes oficiales e, incluso, invitaciones a eventos de interés público, en una clara descortesía de aislamiento hacia un medio, presuntamente enemigo. Se esperaría que Cuitláhuac García Jiménez hiciera un pronunciamiento en torno a su relación con la prensa, e instruyera a sus colaboradores a respetar la libre expresión de las ideas en el entendido de que cuando se publique alguna información falsa o inexacta, en el mismo espacio podrán expresar sus argumentos aclaratorios. Insistimos, los medios de comunicación no somos dueños de la verdad absoluta ni entes indefectibles y, por lo tanto, bienvenida la nueva libertad de expresión circular, la que es de ida y vuelta. Así de simple. OPINA carjesus30@hotmail.com
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