AUNQUE QUEDÓ en tercer lugar en la elección presidencial y local del primer domingo de Julio, el PRI o quienes lo dirigen no han aprendido la lección, aun cuando la Presidenta Claudia Ruiz Massieu Salinas reconoció el martes 23 al menos tres fallas elementales que constituyeron la debacle de ese instituto: 1.-Nos tardamos en aplicar castigos a miembros, entre otros a los gobernadores Duarte y Borge, aunque se debe aclarar que “el partido no es ministerio público”. 2.-La corrupción, como uno de los temas que más lastimó nuestra credibilidad con la ciudadanía. De hecho, lo quiero decir con mucha candidez: todo lo que se está diciendo afuera del PRI, adentro se está diciendo más fuerte y más duro”. 3.-Más de 6 mil militantes consultados por la Comisión de Diagnóstico señalaron que ante candidatos externos se sintieron ignorados por el partido en los comicios y reprobaron el plan del PRI para ganar las elecciones. Pero la exdiputada Federal y actual Senadora –pese a ser la mandamás del PRI Nacional- miente con todas sus letras ya que con algunos nombramientos expedidos, recientemente, no solo sigue solapando la corrupción sino la traición a ese instituto, si se considera que en los recientes comicios el ahora flamante delegado Regional del CEN en Oaxaca, Tlaxcala, Morelos y Puebla, Erick Alejandro Lagos Hernández se la jugó con el Partido Acción Nacional, concretamente, con Miguel Ángel Yunes Márquez con tal de salvar el pellejo y evitar la persecución del Gobernador en turno por presuntos actos de polución cuando se desempeñó como subsecretario y, posteriormente, secretario de Gobierno por instrucciones del ex mandatario Javier Duarte de Ochoa, ahora en prisión.
RUIZ MASSIEU lo dijo claramente hace unos días: “no se
castigará ni expulsará a nadie por los resultados electorales, porque la culpa no fue de uno, sino de todos”, y puede que tenga razón, pues en el caso Veracruz la mano de los duartistas fue determinante para acabar de hundir al “tricolor” en el tercer sitio, a tal grado que algunos a los que el Gobernador había prometido llevar a prisión por su actos lesivos a la sociedad, ahora gozan de cabal salud sabedores de que cumplieron su parte, aunque finalmente el PAN-PRD-MC haya perdido, mientras que otros como el diputado Federal, Héctor Yunes Landa ahora pide a los priistas –y a la sociedad en general- un voto de confianza para el Gobernador Cuitláhuac García Jiménez, pero intramuros se sabe que negocia posiciones para sus seguidores en el inmediato gobierno. Ruiz Massieu Salinas, por su parte, incorpora en cargos del Comité Ejecutivo Nacional a lo más poluto de ese instituto, a los maestros de la intriga y el saqueo, y a quienes sirvieron de enlace entre la maldad y el, entonces, gobierno en turno. Es evidente que con su decisión, Claudia Ruiz no tiene la menor intención de sanear al “tricolor” y si, en cambio, acaso por recomendaciones de su perverso tío Carlos Salinas de Gortari, rodearse de lo más siniestro y corrupto que tiene ese instituto para desde allí refundarlo, como ocurrió en los inicios, cuando la ley de la fuerza hacía entrar en razón a los opositores.
CLAUDIA RUIZ Massieu Salinas es hija del malogrado político guerrerense, José Francisco Ruiz Massieu -asesinado la mañana de 28 de Septiembre de 1994 en la Ciudad de México tras asistir a una reunión con 180 diputados electos del PRI, en el Hotel Casa Blanca de La Fragua-, y de Adriana Salinas de Gortari, hermana del ex Presidente Carlos Salinas de Gortari a quien, sin duda, se debe la debacle del País en materia económica y de inseguridad, pues en su gestión fue ejecutado su cuñado José Francisco, lo mismo que el abanderado del “tricolor” a la Presidencia, Luis Donaldo Colosio Murrieta, además del Cardenal y Arzobispo de Guadalajara, Juan Jesús Posadas Ocampo. Fue durante su sexenio cuando el narcotráfico tuvo una explosión que a la fecha sigue en expansión lo mismo que los secuestros, ejecuciones y desapariciones. Salinas de Gortari, por lo tanto, debió ser expulsado del PRI en tiempo y forma, pero los intereses creados durante su mandato le permitieron mantenerse y, no solo eso, seguir manipulando los hilos de la política nacional tras concluir la gestión de Ernesto Zedillo Ponce de León, su sucesor y ex colaborador que metió en prisión a su hermano Raúl, acusado en su momento de enriquecimiento ilícito y de mandar a asesinar a Ruiz Massieu, algo que no le pudieron comprobar ya que el intermediario, el diputado Federal, Manuel Muñoz Rocha, quien habría contratado al asesino confeso Daniel Aguilar Treviño fue desaparecido y sus restos encontrados años después. Claudia Ruiz Massieu, dicen los que saben, responde ahora a los dictados de su aún poderoso tío, y de quienes se mueven en torno a sus hilos, y en ese tenor no extraña que Erick Alejandro Lagos Hernández, el cuestionado ex subsecretario y ex Secretario de Gobierno de Javier Duarte de Ochoa haya sido nombrado por la señora, sin la menor experiencia partidista y solo impuesta desde el poder, como delegado regional del PRI en los Estados de Puebla, Tlaxcala, Oaxaca y Morelos a petición, dicen algunos, de Fidel Herrera, aunque otros se inclinan por Héctor Yunes Landa, con la bendición, eso sí, del ex gobernador oaxaqueño José Murat.
EN VERACRUZ, mientras tanto, ha sido unánime el rechazo al nombramiento de Lagos Hernández, porque en la sociedad aún sigue vivo el mal recuerdo del fidelismo y el duartismo al que sirvió con sometimiento e indignidad, llegando, incluso, a la infamia con tal de alcanzar sus objetivos; fue lo mismo pasivo y activo, y se prestó a infinidad de acontecimientos alentados por su vileza. Tal vez el reclamo a Ruiz Massieu es carecer de información en torno a los personajes que le rodean, pero la coincidencia en Veracruz es generalizada en torno al error cometido al dar un cargo a Lagos. Tal vez por ello, José Francisco Yunes Zorrilla hace bien en deslindarse o tomar distancia de los acontecimientos que se están engendrando en el “nuevo PRI” que no acaba de entender que seguir impulsando la carrera de personajes como Erick Lagos es cavar su tumba aún más honda, de tal suerte que si en la elección de Julio quedo en tercer sitio, en la intermedia podrían llevarlo al cuarto o quinto, y todo por esa simulación de hacer como que se cambia para dejar las cosas como están o, incluso, peor. Quizá lo que sigue sería recomendarle a la señora Ruiz Massieu nombrar a Javier Duarte embajador del PRI en el Reclusorio Norte; A Roberto Borge delegado Nacional del “tricolor” desde el penal de Cuautla, Morelos, y no olvidar otros nombramientos como el de Edgar Spinoso que acaso le serviría como oficial mayor; Adolfo Mota Hernández, como secretario de diversidad de género; Jorge Carvallo, secretario de transporte –por aquello de que es propietario de 230 tractocamiones-, y en ese tenor incluir a otros duartistas y borgistas, que al fin y al cabo, se trata de sepultar al “tricolor”. OPINA carjesus30@hotmail.com
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