El campesino mexicano se encuentra desprotegido, cuando Zapata tremoló la bandera revolucionaria con el canto reivindicatorio referente al derecho que tienen los campesinos a la tierra que trabajan, olvidó el factor más importante de la cadena económica, la comercialización, etapa terminal de la cadena productiva, sin la cual el esfuerzo del campesino resulta un estéril sacrificio, pues no redunda en la satisfacción de sus necesidades primarias, el campesino mexicano es un damnificado de la tierra en que labora.
Hace algunos años se inauguró una exposición que llevó el bonito título promocional "Consume lo que Veracruz produce" los políticos que mangonean, empresarios y uno que otro colado que pretendía plantear alguna demanda al gobernador, por supuesto, el escenario fue decorado con los parias de la tierra, el campesino que produce; también estaban en el escenario la clásica tejedora de sarapes y alfombras, la india que manipula anticuados y criminales instrumentos a los que se les llama elementos del folklore, aparatos que al ser manipulados durante 18 horas al día, logra el paria trabajador obtener increíble y miserable remuneración económica, nunca superior al salario mínimo.
Es tiempo, hay urgencia de gritar al Presidente de la República que con esos actos se puede engañar a algunos incautos, también caen en la engañifa algunos lectores de los diarios que leen la promocional reseña, todo parece bueno, hasta parece que Veracruz y el país progresa, efectivamente alguien progresa, progresan los sátrapas banqueros y sus cómplices, los comerciantes intermediarios que multiplican varias veces el producto del trabajo del campesino, el cual es esquilmado por sus explotadores, algunos de ellos, como el caso de los políticos gobernantes, directamente responsables de que suceda lo que está sucediendo en el país, condición que si no ha causado al momento una nueva revolución, estamos cerca de que el hecho suceda, el campesino y el obrero no tienen ya nada que perder, su miserable vida adquiere el valor que le dieron los guanajuatenses, solamente que el cántico no se verifica solamente en Guanajuato, en todo México la vida no vale nada, los parias de la pseudorevolución que pretendió reivindicarlos está presta ya a subir nuevamente al caballo, hoy vehículo motorizado, pertrechados no con el 30-30, sino con la temible y devastadora AK47 y otros mortíferos instrumentos con los cuales los mexicanos podemos ser arrasados. Triste presente que se trató de modificar hace 90 años.
Es tiempo, es aun tiempo ciudadanos humanitarios, el estado de injusticia social debe ser cortado de tajo, los buenos discursos, los bonitos escenarios de las inauguraciones y las mentiras repetidas todos los días en planas pagadas de los diarios, no son ya creídas por los mexicanos, es urgente la presencia y acción del político nacionalista y humanitario que entienda que el status en que viven y actúan los altos mandos gubernamentales no se asemeja en nada a la miserable vida que sufren los trabajadores con salario mínimo, los enfermos jubilados o pensionados que andan mendigando la sonrisa de apoyo de los políticos demagogos, tampoco hay la más remota semejanza del aristócrata gobernante con el cotidiano existir del campesino que labora de sol a sol para sacar el mísero sustento con el que sobreviven él y su familia; el estado actual de los mexicanos es auténticamente de casus belli. ¡AGUAS! Octubre 28 del 2018 lmwolf@prodigy.net.mx Luis Martinez Wolf |
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