Hace algunos años pasaron en cine una película de corte ambiental, merece repetirse me interesaba el aspecto histórico y antropológico de la Isla de Pascua, al margen del tema político-religioso y sin poder precisar si fue accesorio o principal, la película muestra la necesidad de tolerar la deforestación de la isla, exhibe con dramatismo la tala del ultimo árbol, la pelea de uno de los personales por evitarlo y al final de cuentas muestra como el hombre al destruir el árbol se destruye a si mismo.
El mismo día que vi la película, en un diario de circulación nacional, se muestra la inmoderada y criminal tala del Ajusco, las autoridades solapan la deforestación del mas importante pulmón del D.F. los fraccionadores botan árboles y construyen casas habitación aumentando la mancha urbana en áreas que antes fueron hermosos bosques.
¿Qué sucede en la capital? Nadie hace nada para impedir el crimen o suicidio ecológico de los capitalinos; es increíble que más de 30 millones de seres hagan hasta lo imposible por destruir el medio ambiente. Las muchas autoridades encargadas de regular las actividades en el D.F. se niegan a actuar, los ciudadanos adormecidos por el smog se preocupan por la supervivencia diaria de la herencia letal que están dejando a sus hijos.
Ya parece normal escuchar que el reporte de contaminación supera niveles que antes era motivo de alarma, la gente protesta cuando le amenazan con suspender actividades de una fábrica o aumentar el programa de “hoy no circula”, ingeniosamente han instrumentado programas para entre amigos comprar un carro extra y siempre estar circulando y contaminando. Cuando yo era niño (hace mucho) sabia de la población de la Republica por un comercial que repetía que veinte millones de mexicanos no pueden estar equivocados, no sé si esos fuera cierto, mas hoy afirmo que los equivocados, todos, veinte millones y más, fueron juntados en el D.F. y están preparándose para el holocausto.
Nuestro monstruoso gobierno federal, no es federal ni gobierno para toda la república, concentra todo el producto nacional en el centro y lo despilfarra irresponsablemente, por la fuerza de la recaudación forzada de Hacienda, casi todos los recursos del país son canalizados a la gran cloaca que es la capital federal, dejando pasar hambruna al resto del país. Hoy estamos dando muestra de lo imbéciles que hemos sido y vamos empeorando, la estúpida y criminal propuesta de resolver un negocio, como es la construcción de un aeropuerto, se propone resolverlo poniendo a discusión la increíble disyuntiva para decidir si destruimos un sistema ya deteriorado o de plano nos suicidamos secando un lago y el subsuelo del mismo, los irresponsables que entrarán en el debate son los enterradores cómplices de un gobierno que antes de entrar en funciones ya es un gobierno fallido, no somos una república federal, este concepto esta conculcado por el presidencialismo y la subordinación lacayuna de los poderes legislativos y judicial al ejecutivo.
La CD MX sede del poder supremo, chupa todos los recursos del país, como todas las metrópolis, está siendo destruida por los vicios y despilfarro que acompaña al poder concentrado. Cuando los Estados y municipios tenga autentica soberanía, podrán decidir que funciones le darán al centro para integrar una federación, querer que la CD MX renuncie al privilegio de chupar la sangre del país, es iluso, lo va a matar el abuso, más en su lenta o acelerada agonía está arrastrando a toda la nación. ¡AGUAS!
Octubre 28 del 2018 lmwolf@prodigy.net.mx Luis Martinez Wolf |
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