SER AUSTEROS no significa privar al Estado o País de instrumentos que permitan, en tiempo de emergencia, verbigracia, lluvias, terremotos, inundaciones u otros desastres naturales, llegar con facilidad a todos los rincones ya sea para implementar acciones de salvamento, auxilio o beneficio colectivo. No se trata de aparentar un gobierno pobre solo porque se quiere simular que se está a nivel de los que menos tienen, cuando la realidad es distinta, y eso es más falso que las monedas de 200 pesos, o asegurar que la mayoría de los sacerdotes son célibes. Ser austeros es, en efecto, no utilizar recursos de la sociedad en cosas vanas: viajes, excesivos salarios y prestaciones, uso indiscriminado de combustibles o unidades propiedad del Estado, enriquecimiento o, en el peor de los casos, dando empleos a familiares, amasias, amigos y toda suerte de consortes solo porque se puede. Es evitar el derroche en casas de apuestas, en adquisición de prendas de vestir donde se paga la marca y no la calidad, acudir a los más caros restaurantes y bares con cargo a las finanzas públicas, comprar lujosos automotores, residencias y casas de descanso. Eso no se puede ni se debe hacer porque se estaría ofendiendo a los 5 millones 45 mil veracruzanos que aún viven en pobreza y marginación, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Pobreza Social, o los casi 750 mil que se debaten en pobreza extrema, esto es, aquellos que tienen un ingreso tan bajo que aún si lo destinaran por completo a la adquisición de alimentos no podrían obtener los nutrientes necesarios para tener una vida sana, además de que enfrentan al menos tres de las siguientes carencias: rezago educativo, acceso a servicios de salud y la Seguridad Social, calidad y espacios de vivienda, servicios básicos y acceso a la alimentación.
Y TODOS ellos necesitan apoyo de las instancias de gobierno, sobre todo porque al vivir en territorios agrestes son presa fácil de derrumbes, crecida de ríos, destrucción de viviendas por temporal, incomunicación y enfermedades comunes e incluso de la delincuencia, y en ocasiones el Estado debe prestar unidades móviles o aéreas para dispensarles el auxilio inmediato ya médico cuando la ocasión lo amerite o alimenticio. Por ello, sin duda, causa sorpresa que el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez pretenda imitar en todo al de Andrés Manuel López Obrador, y en aras de simular austeridad proyecte vender las aeronaves del Estado que durante muchos años han sido usadas en beneficio de los veracruzanos en desgracia, aun cuando en tiempos de Javier Duarte se utilizaron hasta para ir a comprar tortas a su adoptiva Córdoba. Y es que definitivamente, los gobernadores tienen mayor responsabilidad con los gobernados que el mismísimo Presidente de la República, porque son la autoridad más cercana al pueblo en caso de contingencia, y la que debe responder con premura ante urgencias de los que menos tienen, y en ese tenor, aunque el futuro mandatario diga que durante su gestión viajará por tierra o en vuelos comerciales, no tiene por qué vender la flota aérea tan necesaria en tiempos de contingencias.
Y ES que tanto el de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, como el de Tabasco, Adán Augusto López Hernández, han dicho que como parte de sus respectivos planes de austeridad pondrán a la venta las aeronaves gubernamentales y viajarán en vuelos comerciales o por vía terrestre, como lo hace el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, en franca mímica al jefe del Ejecutivo Federal que, a decir verdad, en caso de desastres naturales recurriría a las aeronaves del Ejército, Marina o Policía Federal, además de apoyarse en los gobernadores de los Estados afectados. Por ello vender todo para mandar un mensaje de austeridad republicana es, francamente, egoísta, porque los automotores y aeronaves fueron comprados con dinero del pueblo para el servicio de la sociedad y así debería ser. Por ello los gobernadores, aun siendo de MoReNa, deberían tener su propio estilo y no ser copia fiel de AMLO, pues aunque hayan sido arrastrados por el avasallamiento del, ahora, Presidente electo, se deben a la sociedad y están para servir a ésta y no para convertirse en títeres sin voluntad manejados por un marionetista o titiritero, porque eso irá en detrimento de los gobernados.
CUITLÁHUAC HA informado que sabe que son ocho aeronaves las que tiene el gobierno de Veracruz, las que, definitivamente, no serán utilizadas por él, por lo que indica que en breve se presentará una propuesta sobre qué hacer con éstas. “Son ocho y los vamos a poner en venta”, cuando deberían ser puestas al servicio de Protección Civil y la Cruz Roja o incluso, de Seguridad Pública. Dice desconocer a cuánto ascienden los gastos de mantenimiento, cuánto se eroga en mantenimiento y renta, pero insiste en que su administración no tendrá estos gastos, ya que viajará en vuelos comerciales e incluso utilizará transporte terrestre (ya lo queremos ver en zonas infiltradas por la delincuencia). “Voy a viajar en aviones comerciales, en privados no. Vamos a revisarlos, hay unos que están en uso, por ejemplo hay uno que tiene Protección Civil, ese hay que mantenerlo ahí; otro que está usando la Secretaría de Seguridad Pública, que es un helicóptero y otras aeronaves que están en desuso. Lo que no lleguemos a usar lo vamos a vender”. E imitando a AMLO insiste: “estamos planteando un plan de austeridad que signifique ahorrar 12 mil millones de pesos anuales”, y sobre su salario afirma que el actual gobernador Miguel Ángel Yunes Linares percibe cerca de 120 mil pesos, pero garantizó que él ganará 57 mil pesos, esto es, menos de la mitad, aun cuando el portal de transparencia reporta que Yunes gana 74 mil pesos al mes. También dice que cerrará el hangar oficial en El Lencero, y todo eso está bien, sin embargo, las aeronaves pueden tener un mejor uso en beneficio de la colectividad.
Y ES que se debe tomar en cuenta que 62.2 por ciento de los veracruzanos viven con alguna condición de pobreza, 82.1 por ciento presentan algún tipo de carencia social y 67.1 por ciento percibe ingresos inferiores a la línea de bienestar. En suma, Veracruz revela un crecimiento de 4.2 puntos porcentuales en los índices de pobreza, ubicándose, de acuerdo a las estadísticas de Coneval en el cuarto lugar nacional con mayor porcentaje de población pobre, superado por Chiapas que ocupa el primer sitio con 77.1 por ciento, Oaxaca con 70.4 por ciento y rebasado apenas por 0.2 puntos porcentuales por Guerrero que registra 64.4 por ciento de sus habitantes con alguna condición de pobreza. Y no solo eso: Veracruz fue uno de los cinco Estados del País que registra aumento en sus índices de pobreza en un lapso de dos años, contrario al resto de las Entidades que lograron avances en ese tema. Hablar de inseguridad es otro asunto, y si el gobierno desea avanzar en el combate a ese lastre, debe equipar a la policía, incluso, con helicópteros y aviones que permitan una respuesta rápida ante un hecho lamentable. Así de simple. OPINA carjesus30@hotmail.com
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