SIN DUDA, es correcto que el Gobernador Miguel Ángel Yunes Linares siga aplicando la ley a quienes delinquieron en la pasada administración, porque en un Estado de Derecho nadie puede estar por encima de la ley, y menos si se trata de delitos de “lesa humanidad” como desaparición forzada de personas, algo peor que un secuestro o asesinato ya que en el primer caso existe la posibilidad de rescatar con vida a la víctima ya sea por una acción policiaca o pagando el rescate y, en el segundo hay el consuelo, dentro de la desgracia, de sepultar al agredido como lo ordenan las leyes eclesiásticas, pero cuando se trata de una desaparición forzada lo más probable es que el afectado nunca aparezca, pues en muchos casos –ha quedado comprobado- la persona o personas son disueltas en ácido o sepultadas clandestinamente en fosas que jamás son localizadas como hay cientos, quizá miles en el Estado. No en vano la desaparición forzada o desaparición involuntaria de personas es un término jurídico que designa a un tipo de delito complejo que supone violación de múltiples derechos humanos y que, cometido en determinadas circunstancias, constituye también un crimen de lesa humanidad, esto es, se incurre en conductas tipificadas por la Corte Penal Internacional que por sus características agravian al mundo entero. Insistimos, es correcto que se haya detenido –si se tienen pruebas para ello-, al ex Comisario General de la Secretaría de Seguridad Pública, José Alberto “N” y a 8 ex elementos de esa corporación por supuestamente incurrir en el ilícito mencionado en contra de V.M.A.M., ocurrida el 25 de Junio de 2014 en Chinameca, Veracruz, aunque a decir verdad, la acción pareciera más “garrotazos de ciego” del titular del Ejecutivo y su empleado, Jorge Winckler Ortiz, ya que la sociedad sigue esperando que esa Fiscalía –que invariablemente tendrá que abandonar el oaxaqueño al asumir el nuevo gobierno-, detenga y ponga a disposición de un juez a los verdaderos “peces gordos” que saquearon al Estado, y que el mandatario en turno prometió llevar ante un juez para que responsan por semejantes latrocinios pues, insistimos, la aprehensión de los ex policías pareciera una cortina de humo o, simple y llanamente, demostrar que el arrogante titular de la Fiscalía Estatal si está trabajando y no solo disfrutando de obras de teatro, porque el señor no se pierde una sola, cocinando paella para sus incondicionales o tomando fotografías al Gobernador en funciones.
REITERAMOS, -PARA que no se nos acuse de deshumanizados-: qué bueno que se atrape a quienes sembraron angustia en infinidad de familias veracruzanas al levantar y desaparecer a un ser querido, solo porque podían, pero qué malo que se olvide el ejercicio de la justicia contra quienes llevaron al Estado a una situación financiera de quiebra, y que ahora que ya no gozan del fuero constitucional que impedía su detención y presentación ante un juez de proceso se les encubra vilmente, porque en el sentir popular pareciera que “se pusieron a mano” para comprar impunidad. Y es que antes de que concluyera la pasada Legislatura Federal, desde el Gobierno Estatal se hizo correr la versión de que detendrían por lo menos a cuatro o cinco “pececillos obesos”, entre otros a Alberto Silva Ramos, el afamado “cisne”, ex coordinador de Comunicación Social, ex titular de Desarrollo Social y ex alcalde de Tuxpan; a Antonio Tarek Abdala, ex director del DIF Estatal y ex tesorero de Duarte; a Adolfo Mota Hernández, ex Secretario de Educación y a los oficiales mayores de esa dependencia, Edgar Spinoso y Vicente Benítez, lo mismo que a Juan Manuel del Castillo y Erick Lagos Hernández, por solo citar algunos, pero finalmente, todos gozan de cabal salud, lo que constituye un agravio a la sociedad que votó por Miguel Ángel Yunes Linares en aras de justicia, algo que siguen esperando y que acaso nunca llegue, sobre todo si el próximo gobierno los apuntala y extravía los expedientes.
Y ES que llama la atención que mientras los “tiburones” siguen libres, las rémoras acostumbradas al sobrante sean detenidas, y es el caso del ex subtesorero en la pasada administración, José Francisco Díaz Valenzuela aprehendido por los presuntos delitos de peculado y abuso de autoridad (bueno su cargo rimbombante era el de subdirector de Operación Financiera de la Secretaría de Finanzas y Planeación del Gobierno del Estado), el mismo que entregó los 25 millones de pesos que fueron decomisados en el aeropuerto de Toluca a Miguel Morales Robles, trabajador de la administración duartista detenido la noche del 27 de Enero cuando aterrizó procedente de Xalapa en una aeronave del gobierno de Veracruz con matrícula XC-CTL, transportando dos maletas en las que se halló la suma mencionada.
DÍAZ VALENZUELA, también, se desempeñó como ex contralor interno de la SEV donde, se presume, conoció las transferencias realizadas en la administración anterior y el posible destino de esos recursos públicos, pero se deja libre a los principales sospechosos del desfalco detectado en la dependencia, iniciando por Adolfo Mota Hernández, ex titular y ex diputado Federal, y Edgar Spinoso Carrera y Vicente Benítez, los dos oficiales mayores a quienes en diferentes ocasiones el Gobernador Yunes Linares culpó de los saqueos en esa instancia e, incluso, a Spinoso le incautó dos aeronaves como abono a lo supuestamente saqueado. El detenido había promovido una demanda de amparo que no prosperó, y aunque se anuncian nuevas detenciones para las próximas horas, las “tintoreras” seguirán nadando en el mar de la impunidad.
CIERTAMENTE, YA el futuro Secretario de Gobierno le declaró la guerra a Jorge Winckler Ortiz a quien amenaza con juicio político en un acto de revanchismo que debería usar con inteligencia y no con arranques de perdona vidas. Y es que Erick Cisneros debería permitir que en la Fiscalía General del Estado siga Winckler Ortiz al término de este Gobierno, y exigirle que actúe en el marco de la ley contra duartistas y yunistas que se aprovecharon de la buena fe de la sociedad, y en caso de rehusarse, entonces sí, aplicarle la ley por incumplimiento de un deber o los delitos que se configuren. Grave, sin embargo, es que el cuenqueño venga, aun sin tomar posesión, con ínfulas de poder sin límite acaso en busca de reflectores, lo que le hace ver como un político que antepone la obviedad al resultado, y Veracruz ya está cansado de porrismo. Si se va a actuar que se haga, pero que no se esté anunciando y al final no se hace nada. Así de simple. OPINA carjesus30@hotmail.com
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