Corrían los tiempos de bonanza en que había que administrar la riqueza, el barril de petróleo estaba arriba de los 100 dólares y lo exportábamos con grandes ganancias. José López Portillo, de excelente gusto para rodearse de mujeres bellas, la hacía de faraón omnipotente, “dueño” de un Estado rico ordenado y próspero. Había trabajo; había dinero…
Pero entre otras cosas, se le ocurrió que a su amigo del alma, compañeros desde años y años, Arturo Durazo, conocido como “El Negro Durazo” lo podía hacer Jefe de la Policía capitalina, pues sabedor de que “El Negro” conocía de esas cosas, pues había sido Jefe de aduanas en el aeropuerto cuando él era secretario de Hacienda…
En aquél entonces se decía que podías pedir lo que fuera de EE.UU. y lo entregaban a domicilio; por lo que con esa experiencia, conocía a todos los importadores no legales y sus mafias. Sabía del medio y en consecuencia hizo un buen papel. Había seguridad…
Pero “El Negro” lo convenció de que lo nombrara General de División; ya había antecedentes para hacerlo, pero eran militares de carrera lo que habían ocupado el cargo, pero muchos dudaban de que “El Negro” hubiera hecho siquiera el servicio militar, que era obligatorio…
Pero como siempre fue tramposo, dicen que la libró dando mordidas al que pasaba lista. Lo que ciertamente que se podía hacer, pero no era al militar que instruía a quien se le daba, sino al compañero que pasaba lista y la entregaba palomeada…
El caso es que nadie sabe en qué artes lo convenció para que públicamente le pusiera el Águila con tres estrellas, aunque algunos mal pensados dicen que debe de haberle presentado a alguna de sus debilidades…
En aquéllos entonces los hombres teníamos las mismas debilidades; hoy ya no. En fin, viéndolo a la distancia y por el lado positivo, bien dicen que mientras menos burros haya, habrá más olotes…
Cabe aclarar, que para llegar a ser General de División, se requieren más años de estudio que pasa ser doctor en física nuclear. Todos los divisionarios han sido agregados culturales en muchas naciones y la SEDENA tiene contacto directo militares y ex militares en todo el mundo…
Y no está por demás repetir lo que con antelación he comentado: ningún mandatario de ninguna nación del mundo puede sostenerse sin el apoyo de las Fuerzas Armadas. Ninguno…
Y aunque muchos Generales, en activo y en retiro, se inconformaron con el nombramiento, se pudo paliar la rebelión de la que fuertemente se rumoró. Aunque es cierto que no es la única vez que eso se ha rumorado…
Cuando los pueblos ya están hasta el cepillo de sus gobernantes, entonces corre el rumor -esperanza en las más de las veces- de que podría darse un Golpe de Estado…
Las costumbres y tradiciones son de facto leyes; y en las Fuerzas Armadas estaba establecido que el Secretario debía ser electo entre ellos, generalmente el decano era al que le tocaba…
Y que para cubrir el protocolo se le presentara una terna al Ejecutivo para que éste la “aprobara”. Hasta que llegó el tal Vicente Fox y cambió la jugada, designando él a un General de dos estrellas, al que inmediatamente ascendió a divisionario…
Lo que de nueva cuenta incomodó a los altos mandos que se esfuerzan para lograr grados; y por supuesto a los divisionarios a los que nadie les regaló sus estrellas. Pero tampoco pasó nada…
Pero los tiempos ya no son los mismos; y habrá que ver cuál es la reacción de los uniformados, que de por sí no están nada cómodos haciéndola de policías; ni con que se regrese a los cuarteles al Estado Mayor Presidencial.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida. |
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