ALGO DEBE quedar claro al Gobernador Miguel Ángel Yunes Linares en el fracaso electoral que impidió el acceso de su hijo, Miguel Ángel Yunes Márquez, a la Gubernatura en Julio de este año -más allá de la arrogancia y soberbia del propio ex candidato e, incluso, del mandatario en turno-: que el exceso de confianza que depositó en su secretario de Gobierno, Rogelio Franco Castán -como operador político- resultó infructuoso, ya que se trataba de una responsabilidad que le vino grande y que se reflejó en la pérdida de confianza del electorado no solo para el funcionario sino, también, para el propio PRD, a tal grado que de 1millón 453 mil 938 sufragios que obtuvo la coalición “ Juntos Haremos Historia” integrada por PAN, Movimiento Ciudadano y “Sol Azteca”, este último solo aportó 173 mil sufragios, cuando en 2013 ese instituto llegó a cosechar, con un padrón más reducido, alrededor de 500 mil votos. Franco Castán fue una ocurrencia del oriundo de Soledad de Doblado –producto de la alianza que lo llevó al triunfo en el 2016-, aunque a decir verdad, jamás le funcionó, por el contrario, coadyuvó a la división de Acción Nacional que ante la imposición del mandamás, muchos integrantes decidieron romper filas y buscar mejores alternativas, más aun cuando Yunes dio muestras de respaldo absoluto a las ocurrencias del tuxpeño en aras de preservar la coalición rumbo al 2018 que terminó por hacerle mucho daño a quien pretendía heredar el poder. Peor aún resultó la suma de Dante Alfonso Delgado Rannuro –encarcelado por el propio Yunes Linares en 1996 en el penal de Pacho Viejo por presuntamente haber causado un daño al erario público por 450 millones de pesos, aunque puesto en libertad 15 meses después por prescripción del delito, y quien ahora busca llamar la atención de Andrés Manuel López Obrador tras la orfandad en que ha quedado-.
POR ESO lo de Yunes Linares no debe ser lección echada al cesto de la basura, y en ese tenor, el sucesor, Cuitláhuac García Jiménez debe tomarla muy en serio si desea cambiar los escenarios agrestes del Estado, pues en el Gobierno que encabezará a partir del primero de Diciembre no bastan funcionarios que vengan a turistear o a reconocer la patria chica de la que estuvieron alejados muchos años para reaparecer como el Cid Campeador (o señor de las batallas campales), sino personas que sepan quién es quién en la política veracruzana, y que hablen al tú por tú con los protagonistas más allá de la investidura, y que no los rechace de antemano. Ciertamente, García Jiménez obtuvo 1 millón 667 mil 239 sufragios, pero eso no significa que esté legitimado si consideramos que la lista nominal del Estado está integrada por 5 millones 775 mil ciudadanos, lo que indica que por el xalapeño sufragó apenas el 28.86 por ciento del total de electores, algo que en una sociedad con mayor avance democrático habría significado la segunda vuelta.
Y ES que partiendo de lo anterior, y por las causas que hayan sido, por Cuitláhuac García Jiménez no votaron 4 millones 107 mil 761 veracruzanos mayores de 18 años pero, como fuera, eso describe una realidad que no tiene desperdicio: la mayoría de los que tienen el derecho y la obligación de sufragar le dieron la espalda, por lo que ajenos al triunfalismo que ahora manifiestan algunos colaboradores que al estilo porril expresan que alcalde que no quiera trabajar con el nuevo gobierno “allá ellos y que se atengan a las consecuencias”, deberían estar preocupados en sumarlos ya sea en programas sociales o de seguridad, en vez de recorrer el Estado agradeciendo el voto a favor, pero desdeñando a los que no votaron por la causa que dicen representar.
Y ES que el de Cuitláhuac García Jiménez no debe ser un gobierno tocado por la soberbia sino incluyente, sumatorio y de apertura, porque de lo contrario se estaría repitiendo la historia que le permitió ganar la elección de Julio. Tampoco debe ser temerario, esto es, desafiar la inseguridad que se respira en el Estado, y al igual que el Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, prescinda de seguridad sobre todo en viajes hacia municipios donde los grupos fuera de la ley están empoderados. Aún se recuerda cuando a una Gobernadora del norte del País que se negaba a tener guardias que le protegieran y acompañaran, un comando armado la levantó, amenazó y rapó, advirtiéndole que seguirían en su Estado y que ya estaba avisada. El hecho no trascendió mayormente, y la mandataria aquella debió usar peluca algún tiempo, e incluso enfrentó problemas de salud.
EN VERACRUZ los grupos fuera de la ley -en diferentes modalidades- se disputan el Estado, y se refleja en incontables enfrentamientos que han dejado centenares de muertos, heridos y algunos levantados de los que no se vuelve a saber nunca más. Es un escenario real que si Miguel Ángel Yunes Linares no pudo erradicar en seis meses, tal como lo prometió en campaña y luego como Gobernador, alguien que carece de experiencia en el ramo, tampoco, lo hará, y acaso por ello el nombramiento del futuro Secretario de Seguridad Pública no debe ser impuesto desde el centro, como ha ocurrido en muchos casos acentuando el fracaso por desconocimiento de grupos en el territorio Estatal. Debe ser alguien que conozca Veracruz, y la decisión no debe partir de amiguismos o recomendaciones sino de un análisis profundo de capacidades académicas y experiencias prácticas. Alguien que, realmente, haya dado resultados en la materia en otros Estados violentos.
Y EN ese tenor se inscribe otra área como lo es la Secretaría de Educación de Veracruz donde se pretende un nombramiento surgido de la ocurrencia, sin considerar que el Estado es cuna del sistema educativo nacional y del normalismo que formó profesores y pedagogos que le dieron lustre, como el veracruzano Rafael Ramírez Castañeda, desarrollador de la educación rural en todo el País. Imponer una ocurrencia al frente de la más grande institución que tienen las naciones, como es la educación, sería lamentable cuando en Veracruz existen perfiles de mucha talla, algunos con experiencia probada al impulsar desde sus trincheras la formación de bachilleres, profesionales, maestros y doctos. Ya se sabe que el ex rector de la Universidad Veracruzana, Raúl Arias Lovillo no será el titular de la SEV, y acaso por ello se deben analizar perfiles locales que los hay, y no precisamente stripper imitadores de Sergio Mayer, ahora Presidente de la Comisión de Cultura en la Cámara Baja y una verdadera ofensa a la inteligencia de los gobernados. En fin, Cuitláhuac debe armar muy bien la defensa de su futuro imperio mexica, y no pasar a la historia como su tocayo, el hermano de Moctezuma Xocoyotzin cuyo gobierno duró tan solo ochenta días, atacado por la viruela pero, también, por la arrogancia de haberle infligido una derrota a los españoles y confiarse para, posteriormente sufrir la posterior presión de los foráneos (léase conquistadores y no lopezobradoristas). Así las cosas…OPINA carjesus30@hotmail.com
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