A DIFERENCIA del ámbito Federal donde se vislumbra una alternancia tersa, en Veracruz la entrega-recepción se antoja ininteligible y complicada. Pareciera que “los demonios andan sueltos”, ya que el Gobernador electo, Cuitláhuac García Jiménez, severamente agredido en campaña por el ex candidato del PAN a la gubernatura, Miguel Ángel Yunes Márquez y por su padre, el actual mandatario, Miguel Ángel Yunes Linares no está dispuesto a seguir el ejemplo de “amor y paz” del futuro Presidente, Andrés Manuel López Obrador, por más que el tabasqueño jure y perjure que no habrá persecución ni venganza palaciega contra nadie. Como fuera, García Jiménez se apresta a una confrontación que, directa o indirectamente, estaría desagraviando al propio AMLO, también, víctima de violencia verbal innecesaria por parte de Yunes Linares a quien, seguramente, perdonará, pero no está dispuesto a olvidar lo que le hizo, y el instrumento de la punición podría ser quien asumirá la gubernatura en el primer minuto de Diciembre, en lo que sería una variación de la frase: “no soy yo, es él”, bajo el argumento de que los gobernadores son plenamente soberanos y pueden ejercer justicia conforme al daño provocado por ex gobernantes al Estado que les tocó lidiar. Sea lo que fuere, no se anticipan buenos dividendos al cambio de gobierno y si, en cambio, una persecución que acaso no alcance los tintes Yunes-Duarte, pero que tendrá semejanza en varias vertientes sobre todo cuando se analiza la más reciente frase de Cuitláhuac en torno a su antecesor: “se fue un ladrón, Duarte, pero hay un ratero, Yunes”, esto en torno a los presuntos bienes propiedad del Estado que el todavía gobernante está, presuntamente, rematando en lo que ha llamado “ el año de Hidalgo” y “ese dinero, también, se lo va a clavar”, insiste el Cuit.
INSISTIMOS: NO sabemos, porque no nos consta si las acusaciones de Cuitláhuac son de motu proprio o inducidas por López Obrador, pero fuentes cercanas –cuyo nombre no estamos autorizados a revelar- aseguran esto último, por lo que Yunes Linares debería estar severamente preocupado, ya que un intento de proceso judicial en su contra catapultaría, aún más, la aceptación del inmediato Presidente de la República, y qué decir del propio Gobernador electo que necesita un “golpe de timón” para satisfacer a una sociedad que observa desde el Coliseo cómo se derrama la sangre en el campo de batalla, legitimando al César que cumple el compromiso de dar “pan y circo” a la muchedumbre, frase usada en la antigua Roma para describir la práctica de los Césares para mantener tranquila a la población u ocultar hechos controvertidos: proveer a las masas de alimento y entretenimiento de baja calidad que llevarán concatenada la sed de venganza.
APENAS EL domingo 16, fecha del inicio de la “guerra de Independencia” (y acaso como un simbolismo de la emancipación que pretende de todo lo que esté relacionado con el pasado), Cuitláhuac denunció que “Miguel Ángel Yunes (Linares) está rematando los bienes del Estado, está en el año de Hidalgo, y ese dinero también se lo va a clavar”, y en ese sentido hizo un llamado a los próximos diputados Federales de todos los partidos a “exigir a la PGR que informe el curso de las denuncias” contra el, todavía, gobernante. Y no se trató de una ocurrencia. García Jiménez dio cifras de lo puesto a remate: se trata de 243 vehículos de la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas, un camión de volteo 2009 en 20 mil pesos y otros bienes del Estado, por lo que al asumir la gubernatura revisarán cada dependencia y procederán por fraude contra quienes hayan firmado los remates, porque eso “es realmente una tranza”. Yunes que, tampoco, es una perita en dulce, ha calificado de “chatarreros” a los Diputados Federales de Morena en el Congreso de la Unión, luego de la andanada de improperios de que fue objeto por vender, supuestamente, bienes del Estado, comparsa a la que se unió el priista Héctor Yunes Landa a quien los panistas le reprocharon por ir contra la testa de su primo hermano: “usted, diputado, no tiene pudor ni vergüenza”. Y es que el gobernante criticó que los legisladores usen la tribuna para hablar de temas de chatarra, cuando hay otros más importantes como la seguridad y la pobreza, y remató: “qué bueno que hablen de chatarra, pues quiere decir que a nuestro gobierno no le encuentran otro asunto”. El titular del Ejecutivo recordó que desde el inicio de su gobierno se hizo un inventario de lo que no servía, “de bienes chatarra”, por lo que en Enero de 2018 se concluyó y en Febrero se convocó a una subasta pública, y “cuando salió la subasta no se sabía quién sería el próximo gobernador. Solo se limpió la casa”, pero “no se trata de sabotear a nadie”, trató de menguar.
PERO NO son los únicos casos que hacen ver una complicada entrega-recepción, ya que al respecto, el Gobernador electo asegura que el Comité Ciudadano de Vigilancia y Seguimiento para el proceso de entrega-recepción que instaló Yunes Linares, únicamente tiene como objetivo cubrir al actual gobernador, además de que no está justificada su creación, ya que dicho acuerdo no está señalado en la ley, por ello lo llamó “patito y yunista”, toda vez que, asegura, está conformado por personas que están cuestionadas por haber recibido contratos por parte del gobernador, y en este sentido se pregunta ¿“cómo van a auditar sus propios contratos”?. Y si todo lo anterior no fuera suficiente para presagiar que hay vientos de tempestad en torno a Yunes Linares, persecutor de Javier Duarte y ¿próximo perseguido de Cuitláhuac?, basta rememorar la advertencia reciente del gobernante electo de que revisará y dará seguimiento a las denuncias contra Yunes Linares presentadas ante la Procuraduría General de la República (PGR) para prevenirse ante un nuevo desfalco al gobierno Estatal.
NO SABEMOS si Cuitláhuac tiene información fidedigna, pero asegura que la deuda pública de Veracruz asciende a 80 mil millones de pesos, y en ese tenor, la primera acción durante el proceso de entrega-recepción será la revisión de las arcas estatales, y aunque Miguel Ángel Yunes dijo que buscaría diálogo con el próximo mandatario para trabajar en una solución a los pasivos que arrastra el Estado, lo cierto es que no hay posibilidad de un encuentro, a menos que sea ordenado por Andrés Manuel López Obrador, lo que, también, se duda, si es el propio AMLO quien está induciendo la guerra contra Yunes Linares que, en menos de dos años está por convertirse en res de los ahora carniceros. A ver qué pasa…OPINA carjesus30@hotmail.com
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