DICEN QUE la ignorancia es mostrenca y atrevida, aunque bien vale la pena agregarle otros tantos epítetos que por esta vez nos guardamos debido al desconsuelo que nos agobia, no por la credibilidad del dicho si no por la insolencia con la que el secretario general de la Confederación Estatal de Trabajadores de México (CTM), Víctor Manuel García Trujeque “destapa” al presunto dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos del Estado, Juan Carlos Molina Palacios para que presida el Comité Directivo Estatal del PRI, ahora que Américo Zúñiga Martínez ha dicho que se va en Noviembre, no porque se lo exija Marco Antonio del Ángel Arroyo, hijo del dirigente del Movimiento Nacional de los 400 Pueblos, César del Ángel Fuentes, sino porque así lo establecen los estatutos. Molina Palacios, quien debe salarios caídos a 40 trabajadores de la organización campesina desde hace dos años, tiempo en el que ha evitado pararse en las oficinas de Alcalde y García para evitar que le cobren y, peor aún, ni siquiera apoyó a su partido en la pasada elección de gobernador, lo que estuvo a punto de provocar que lo bajaran de la lista de candidatos a diputados locales plurinominales, en pocas palabras, no tiene…vergüenza. Primero no fue capaz de postularse por su distrito ante el temor de perder la elección y, segundo, porque había prometido a José Francisco Yunes Zorrilla 500 mil votos del sector campesino, sufragios que en total obtuvo el aspirante, y ahora solo falta que el cuenqueño argumente que esas boletas son de los campiranos, y que nadie y solo ellos votaron por el oriundo de Perote, con aquello de que para el cuento, el ex tesorero de Eloy Chiunty Ferat y ex secretario del siempre bien recordado Francisco Loyo Ramos, se pinta solo.
POR ESO mueve a risa la ausencia de “llenadera” de Juan Carlos Molina que, por obra y gracias de promesas fallidas se trepó a la diputación plurinominal y ahora, en río revuelto, pretende convertirse en dirigente Estatal del PRI, como si ese instituto estuviera ávido de fullerías y embelecos que, está probado, lo empinaron al tercer sitio en la aceptación ciudadana inmersa en el hartazgo por tanta fullería. Y es que si Molina Palacios no ha podido pagar dos años de salarios caídos a empleados de la Liga de Comunidades Agrarias, menos estará en condiciones de llevar a buen puerto los ofrecimientos que el PRI debe concretar a la sociedad para recuperar un poco de la esperanza perdida, aunque lo más probable es que con el anunció de que los salarios de servidores públicos, incluidos legisladores, serán bajados al 50 por ciento debido a la “austeridad republicana”, lo más seguro es que Juan Carlos busque completar el gasto con la Presidencia del PRI Estatal sin renunciar a la diputación porque, pobrecito, no debe tener para vivir, cuando su sospechosa fortuna es equiparable a la de los más encumbrados empresarios y políticos no solo del Estado sino del País.
SE ENTIENDE que Víctor Manuel García Trujeque se encuentre muy enojado porque cuando esperaba ser el segundo en la lista de candidatos a diputados plurinominales, todo por ser el dirigente de la CTM Estatal, una organización membrete en nuestro tiempo, lo colocaron en la quinta posición, esto es, de los nacidos para perder, razón por la cual armó un escándalo en el que, por fortuna, nadie le hizo caso, como aquello de amenazar con renunciar al PRI, como si el “tricolor” realmente lo necesitara. Por ello molesto ha pactado un amasiato con Molina –que en esto de la marrullerías y artimañas Dios los hace y ellos se juntan-, y presuponiendo que los sectores aún tienen fuerza quieren salirse con la suya, aunque, sin duda, José Francisco Yunes Zorrilla tendrá que ser el factor de unidad que determine cuál es el PRI que necesita Veracruz, luego de recorrer el Estado y pulsar el sentimiento de los gobernados.
DE HECHO, Molina Palacios ha pedido a Ismael Alfredo Hernández Deras -quien apenas el pasado lunes recibió de la Comisión Nacional de Procesos Internos de la CNC la constancia que lo acredita como presidente electo de la Confederación Nacional Campesina para el periodo 2018-2022, luego de que las 32 asambleas Estatales en las cuales participaron 3 mil 398 consejeros políticos cenecistas generando 3 mil 295 votos a su favor, aunque cabe señalar que fue el único contendiente-, que lo haga dirigente Estatal del PRI, cuando lo que debería preocuparle es Durango, su Estado natal, aunque no es el único que quiere la Presidencia del “tricolor”, ahora que infinidad de priistas se quedarán sin chamba y, seguramente, sin los apoyos que intramuros recibían de sus amigos, y en ese tenor se anota Marco Antonio del Ángel Arroyo y la “Potrilla”, oriunda de Minatitlán, Damara Gómez Morales, que ya levantó la mano ante la pasividad y mansedumbre de políticos de viejo cuño como los que dicen integrar la “Corriente Crítica” que, a decir verdad, parecieran haberse quedado estancados en el pasado, sin oxígeno y apesadumbrados por la derrota de su partido en la reciente elección.
HAY QUIENES han pedido que sea Pepe Yunes quien retome el liderazgo del PRI e inicie una gran campaña por todo el Estado, ya que pese a la derrota, es el priista que acumula mayor credibilidad, sin embargo, Yunes Zorrilla pareciera perdido, extraviado, alejado de los reflectores, y aunque promete encuentros con grupos que le fueron fieles no los concreta, una postura que le atrajo mucho malestar en la pasada contienda y que, al parecer, no logra superar. Hay versiones que en la contienda interna podrían estar Silvio Lagos Galindo o el propio ex delegado del IMSS zona norte, Antonio Benítez Lucho, e incluso hay quienes postulan a una mujer. Como fuera, pareciera que el PRI sigue de luto, llorando el fracaso y sin ánimos de levantarse, peor aún, cuando mediante triquiñuelas, el Consejo Político Nacional ratificó a Claudia Ruiz Salinas al frente de ese instituto.
Y ES que en el PRI veracruzano hay una generación perdida que corresponde a los seis años de Javier Duarte de Ochoa y una buena parte de Fidel Herrera, de tal suerte que los jóvenes que se (de)formaron en esos periodos, simple y llanamente no cuentan, en pocas palabras, nadie les creería y nadie les apoyaría, por lo que existe escasa tela de donde cortar para llevar al “tricolor” a buen puerto, y lo peor es que esto no acaba hasta que termina, pues no hay que olvidar que vienen elecciones intermedias en 2021, dentro de dos años y medio, y si no se aceita la maquinaria el fracaso será más que estrepitoso. Así de simple. OPINA carjesus30@hotmail.com
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