EL AGUA ha sido desde siempre una de las principales fuentes de enriquecimiento subrepticio de infinidad de funcionarios del Estado y de ayuntamientos que tienen a su cargo la distribución del vital líquido en condiciones de “potabilización”, esto es, apta para consumo humano y para preparar alimentos –algo que no existe en ningún municipio de Veracruz como lo marca la Modificación a la NOM-127-SSA y la 98/83/ de la Unión Europea-. En suma, no es secreto que en México y, concretamente, en territorio veracruzano millones de personas padecen efectos en la salud provocados por la ingesta de agua de mala calidad, ya que el líquido superficial se encuentra contaminado con diferentes tipos de microorganismos y compuestos químicos –debido a que son arrojados en mantos acuíferos por factorías, empresas hoteleras y restauranteras, entre otras -, mientras que la subterránea (que provee a alrededor del 75 por ciento a la población) está en contacto con minerales de los que se disuelven elementos como arsénico y flúor, dos componentes que se encuentran dentro de las diez substancias más estudiadas por sus efectos en salud en el mundo, a tal grado que concentraciones arriba de las establecidas por la Modificación a la NOM-127-SSA han sido reportadas en comunidades de la mayoría de los Estados del País. En suma, no es agua potable la que se distribuye a los hogares veracruzanos, en este caso, a los de la capital y, sin embargo, la Comisión Municipal de Agua Potable y Saneamiento de Xalapa ha decidido incrementar en un cien por ciento la tarifa en fraccionamientos, bajo argumentos tan baladíes como un supuesto saneamiento que jamás ha existido, y que demostró en el pasado reciente ser el mecanismo ideal para la comisión de mega fraudes como el perpetrado en la administración del inefable Reynaldo Escobar Pérez, aunque el ayuntamiento local dice que la elevación de la cuota se debe, también, al uso de drenaje (cuando el pago del impuesto predial comprende el alumbrado público, drenaje y recolección de basura que de por sí ya se cobran por duplicado).
DE ESA manera, por solo citar un ejemplo, una persona que pagaba 436.48 pesos mensuales por consumo de agua en uno de los fraccionamientos más caros de Xalapa, ahora deberá desembolsar 862.91, no obstante que el hogar solo lo habitan dos personas y una cocinera, además de que la ropa es enviada a tintorería y los autos son lavados en estaciones dedicadas a ello y, sin embargo, ahora tendrá que pagar 426.43 pesos más que lo acostumbrado anteponiendo como argumento el saneamiento ambiental que no es otra cosa que el conjunto de acciones, técnicas y socioeconómicas de salud pública que tienen por objetivo alcanzar niveles crecientes de salubridad ambiental. Comprende el manejo sanitario del agua potable (que no se hace en Xalapa porque el agua no es apta para consumo humano), las aguas residuales (la pestilencia sigue siendo intolerable en drenajes a cielo abierto como la unidad del valle y otras), los residuos orgánicos tales como las excretas y residuos alimenticios (que desembocan muchos a la intemperie), residuos sólidos y el comportamiento higiénico que reduce los riesgos para la salud y previene la contaminación (bastaría ver las condiciones de algunos ríos que circundan el municipio, e incluso el basurero o relleno sanitario). El saneamiento tiene por finalidad la promoción y el mejoramiento de condiciones de vida urbana y rural, y si esto no ocurre en la ciudad, las autoridades municipales menos lo harán en las colonias populares donde ni siquiera existen drenajes –y como muestra están las severas inundaciones anuales- en tanto los encharcamientos provocan el surgimiento de moscos, algunos tan peligrosos y letales como el Aedes aegypti, transmisor del zika, dengue y chikungunya.
LO CIERTO es que el ayuntamiento de Xalapa, sin una planeación previa y carente de expertos que organicen el gasto -cuya erogación se eleva debido a caprichos como enviar policías a capacitarse a Puebla-, enfrenta ya severos conflictos económicos, y lo más fácil y socorrido es aumentar tarifas a los servicios, en este caso al agua que distribuye contaminada, ignorando que el vital líquido potabilizado y el saneamiento son uno de los principales motores de la salud pública, lo que significa que en cuanto se pueda garantizar el acceso al agua salubre y a instalaciones sanitarias adecuadas para todos, independientemente de la diferencia de sus condiciones de vida, se habrá ganado una importante batalla contra todo tipo de enfermedades. El Movimiento de Regeneración Nacional, concretamente, Hipólito Rodríguez Herrero prometió un cambio sustancial, y no un saqueo a la sociedad como pretende al elevar tarifas que no se justifican, ya que el líquido que provee es una fuente de contaminación, sobre todo en tiempo de lluvias cuando llega como si fuera captada de charcos. Lo peor que en muchas colonias de Xalapa el agua es tandeada, esto es, espaciada su distribución y, sin embargo, ello no se refleja en los recibos de consumo que siguen cobrando el mismo monto o mayor, lo que demuestra la voracidad de quienes están a cargo de las comisiones. Vamos, existen colonias de Xalapa y del Puerto de Veracruz donde ni siquiera existen medidores, por lo que usuarios pagan una cuota sin recibir a cambio recibos membretados u oficiales, lo que permite deducir que esos recursos van a parar a los bolsillos de unos cuantos.
UNA AMABLE lectora –ligada a la CMAS- nos dice que el organismo operador del agua en Xalapa le debe a la ciudadanía muchas cuentas sobre sus obras, acciones y manejo financiero. En la historia queda registrada por ejemplo, la cuestionada actuación de Yolanda Gutiérrez Carlín, que sumió a la dependencia en su primera grave crisis financiera, o el Programa Integral de Saneamiento de Xalapa (PISX) durante la administración del inefable Reynaldo Escobar, que implicó endeudar al organismo con 476.8 millones de pesos, sin que a la fecha se sepa si ya se terminaron las obras contempladas en el programa También se tienen registrados actos cuestionables de funcionarios recientes como el ex director de Finanzas, Manuel Ferro, y uno de sus empleados favoritos, Silem García Peña, quien fue Regidor del Ayuntamiento, precisamente encargado de la Comisión del ramo. Para variar, nos dice, las quejas por fugas van en aumento debido al mal estado de la red. Y esto por mencionar algo. Lo más grave es que cada año se presentan miles de denuncias por el mal servicio. Así, por ejemplo, en 2015, CMAS tuvo 902 mil 090 atenciones a usuarios a nivel central, con un promedio de 75 mil 174 mensuales y 29 mil 174 aclaraciones relacionadas con los consumos por fugas domiciliarias o cobros excesivos. Por teléfono se recibieron 155 mil 259 quejas por fugas en las redes de distribución o de aguas negras, falta de agua, alcantarillado tapado o en mal estado y otros conceptos. Es dable señalar que los indicadores de quejas han venido creciendo exponencialmente año tras año, lo que demuestra de manera clara el deplorable estado de la red de distribución y la urgente necesidad de atenderlo y, sin embargo, el alcalde Hipólito Rodríguez prefiere elevar las tarifas aun cuando no está haciendo nada por Xalapa, e incluso, hasta a sus policías los envía a capacitar a Puebla derramando allá lo que tanta falta hace aquí, y todo por una actitud soberbia y enfermiza. Así las cosas. OPINA carjesus30@hotmail.com
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