Resulta curioso cómo se levantan voces de indignación sobre los recientes nombramientos de funcionarios en el área energética, principalmente en lo correspondiente a PEMEX y CFE.
Manuel Bartlett y Octavio Romero son despezados en las redes sociales y puestos en la piedra de los sacrificios, por su supuesto desconocimiento de los temas correspondientes.
Con Bartlett van más allá y le sacan su lado oscuro durante su gestión de seis años como secretario de Gobernación, con la caída del sistema, aunque se olvidan que también gestó la defenestración de Carlos Jonguitud.
Eso es historia y hay quienes se concentran en que Bartlett y Romero desconocen el área en que serán directores, aunque a favor de Bartlett cuenta el que fue uno de los principales opositores a la Reforma Energética y se adentró en el tema de la energía eléctrica.
Con Romero se le objeta que sea ingeniero agrónomo, olvidando que existen una serie de técnicos expertos en la materia y que él manejará la política y administración de dicha empresa.
Los detractores de Bartlett y Romero no levantaron la voz cuando fue designado Emilio Lozoya Austin como director de PEMEX, cuya vinculación con el sector energético fue que su padre fungió de secretario de Energía por un corto período.
La historia de Lozoya es ampliamente conocida, como también la de otros personajes que pasaron por la dirección de PEMEX y que al igual que Lozoya sin vinculación con el sector, aunque eran hijos de políticos que se habían desempeñado cercanos al sector energético, como Jesús Reyes Heroles, hijo.
Jorge Díaz Serrano y Raúl Muñoz Leos son considerados como los más expertos y uno terminó en la cárcel y el otro inhabilitado 10 años por la SFP.
Y otros más como Rogelio Montemayor (tuvo su escandalito con el Pemexgate), Carlos Sacristán, Francisco Rojas y otros más fueron directores, con todo y que eran expertos en finanzas.
Por eso queda la incógnita se requiere un experto en petróleo o en administración.
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