“Calumnia que algo queda” , dice el adagio popular, aunque, afortunadamente, los más de treinta millones de ciudadanos que votaron por Andrés Manuel López Obrador y su partido MORENA, ya están conscientes que se vive en un régimen de los más corrompidos de la historia y ya no se cree en los cantos de estas sirenas que se resistir a morir y que hacen lo indecible por empañar, con una vileza, la contienda electoral más democrática de la vida de México.
La multa impuesta por el Instituto Nacional Electoral –INE- al partido MORENA por 197 millones de pesos por las irregularidades detectadas en la construcción y operación de un fideicomiso para apoyar a los damnificados del terremoto de septiembre, habla de que esa celeridad solo se observó para imputar de mil delitos a la maestra Elba Esther Gordillo y para acusar de lavado de dinero a Ricardo Anaya, es decir, un asunto financiero cae en las manos del organismo electoral y de inmediato se magnifica, lo que demuestra la perversión con que se actúa.
“Estamos ante una conducta que tiene nombre: fraude a la ley, y el fraude siempre implica dolo” dice el ínclito juez electoral Ciro Murayama al dictar la condena que se aplaude y festina, pues “tolerar esta conducta implicaría fracturas las reglas del juego limpio, permitir la opacidad y el uso de cantidades millonarias de dinero de origen desconocido”, esto es, las elección es sucia y urge que se observe con rigor, sin contemplaciones de ningún género, pues se juzga y se condena de inmediato, sin previa audiencia, presunción de inocencia y un debido proceso, solo falto “mátelos en caliente “, cual júper tonante .
Como puede observarse no es suficiente el obtener esa inmensa votación, lo que importa ahora es si los recursos que recibió el fideicomiso creado para apoyar a los damnificados es lícito o no, aunque una cosa es el partido que postuló al candidato y otra, muy distinta, la institución financiera que tiene sus propias reglas y reglamentación, por caer en una ley especial que, si bien es correcto que debe supervisarse , no corresponde al órgano electoral calificar, a raja tabla , si fue o no correcta la forma en que se agenciaron los recursos, en síntesis, el partido está sujeta a una norma jurídico electoral, y el fideicomiso es una cuestión que se rige por la ley bancaria e instituciones de crédito.
Todo esto que se analiza de forma tan a la ligera, lleva implícito el propósito de empañar la elección y restarle autoridad moral al candidato triunfador, aunque será el tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación el que resuelva en definitiva, pero por lo pronto, la duda está sembrada de manera inusitada, pues con la rapidez del viento, se dictamina lo que siempre ha tardado años para sancionar a los partidos por el hecho de manejar de manera paralela recursos, pues así se vio con las tarjetas Monex, de Peña Nieta, o el caso de Pemexgate , o lo más reciente, el caso Chihuahua que tiene dos años y que apenas esta semana pasada se determinó la sanción al partido responsable.
Que bien que se investigue a fondo estos señalamientos que hacen los consejeros, pues no se quiere que exista ni corrupción y menos impunidad, pero en verdad esta vileza no tiene nombre, sobre todo en estos momentos en que el país exige unidad y que se serene para que pueda marchar sin sobresaltos, además, si se observa que el horno está bueno para bollos. limacobos@hotmail.com
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