DE ACUERDO con las recientes declaraciones del equipo de transición del Presidente electo Andrés Manuel López Obrador, los resultados del cambio de gobierno se verán, más o menos, en un año después de que entre la nueva administración federal y consecuentemente en los Estados, como Veracruz, cuyo gobierno dependerá en gran parte de lo que a nivel federal se haga en todas las áreas administrativas.
Mientras tanto, la inseguridad seguirá persistiendo a nivel nacional y estatal, pues en tanto no hayan tomado las riendas del país y del estado, los nuevos titulares de las mismas, seguirá el desinterés por atacar permanentemente este fenómeno social, pensándose, asimismo, que hasta pudiera crecer en estos meses que faltan para los relevos constitucionales del país y del Estado, ya que si en todo un periodo de gobierno no se hizo nada por detener este fantasma que amenaza constantemente a la sociedad, menos se hará en estos escasos cinco meses que les quedan a los gobiernos mencionados, toda vez, que se tomaran el tiempo necesario solamente para poner en orden las cuestiones administrativas que dejan.
Se ha llegado a comentar que en plan revanchista, como se ha venido haciendo en el pasado, hasta podría generarse mayor percepción de la violencia, en virtud de que el dejar hacer, dejar pasar, por los gobiernos actuales, sería una forma de complicarle al nuevo gobierno la solución del gran problema de la inseguridad.
Y decimos esto, porque seguramente, uno de los objetivos de las nuevas administraciones, tanto federal como estatal, será atacar frontalmente a la inseguridad, porque de otra manera, el país no podrá crecer ni tener ninguna posibilidad de que la gente pueda, de la misma manera, trabajar y generar una mejor condición de vida para su familia. Será necesario que se combata a la delincuencia en todos sus sentidos para que haya manera de que los mexicanos y veracruzanos, en general, se puedan mover con libertad, pues a partir de la tranquilidad política y social, así como la personal, garantizando, al mismo tiempo, la seguridad en los bienes de todos, es como se podrá comenzar a construir el nuevo México, que se quiere.
Ni las buenas intenciones de los nuevos gobiernos, podrán surtir efectos positivos, si no hay la plena garantía de seguridad, que en todo caso, es la prioridad de los proyectos presidenciales y gubernamentales, pues si no se logra desaparecer esta amenaza permanente, no habrá, al final del periodo de gobierno, ningún avance que pueda considerarse como una buena obra de gobierno.
Si la mayoría de los mexicanos, votaron por una nueva opción, es porque ya no quieren que haya violencia generalizada que mantenga el terror en el país. Si en un año, después de que tome posesión el nuevo titular del Poder Ejecutivo
nacional y estatal, no se vislumbran avances en este sentido, comenzará la decepción nacional, ya que, aunque no se haya dicho claramente por el pueblo mexicano, lo que quiere del gobierno federal y estatal, en este caso, es que se busquen las estrategias necesarias para terminar con este flagelo de la sociedad en general, ya que sin seguridad, no habrá ninguna posibilidad de desarrollo nacional, pues, como ahora esta sucediendo, la violencia ha sido parte del retraso en el avance general, que junto con la corrupción y la impunidad, han puesto de cabeza a esta nación.
Si los nuevos gobiernos que están por entrar en funciones a partir del primero de diciembre, logran pacificar al país, generar empleos suficientes para que las familias puedan vivir dignamente y haya garantía de seguridad para las personas y sus bienes, habrán logrado lo más importante de sus metas de gobierno, pues a partir de estas condiciones, es como los mexicanos en general, podrán tener la posibilidad permanente de crecer en todos los sentidos, pues en este momento, tan solo la crisis social, la crisis de gobierno, la inseguridad y la falta de empleos, así como la crisis económica que se ha hecho evidente desde hace varios meses, no permite ver con claridad el futuro que se espera.
Los cambios, como el que se ha dado, por el momento, en la participación ciudadana del domingo pasado, durante la jornada electoral, tienen que ser aprovechados para darle un nuevo sentido de responsabilidad a los gobiernos, y éstos a cumplir con los compromisos contraídos, sobre todo, en los asuntos que ya se han señalado y que tienen que ver directamente con la pacificación del país, mediante estrategias y no más guerras, como la del gobierno de Felipe Calderón, a quien se le atribuye esta debacle nacional en materia de seguridad, lo que nunca ha reconocido su partido.
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PASADAS ESTAS ELECCIONES concurrentes y las más importantes del momento en la vida política nacional y estatal, es tiempo, pues de que las propias autoridades emanadas de Morena, se pongan a trabajar con plena conciencia de que esta nueva realidad en la vida política de México, se tiene que mantener a través del trabajo que se pueda desarrollar a favor de los demás, de todos aquellos que confiaron en sus siglas y en sus candidatos, y no echarse a dormir, luego de que el pueblo los ha elegido para hacer un bien trabajo en bien de la propia sociedad que gobiernan.
Y esto lo decimos, porque hasta antes de las elecciones, el Ayuntamiento de Xalapa, parecía no acomodarse a las demandas ciudadanas, donde parecía que no había interés por resolver los grandes problemas que tiene la ciudad, toda vez, que para eso fueron elegidos y de alguna manera, contratados, pues aunque no se quiera, el pueblo manda, tal y como ya lo vimos en la jornada electoral del domingo pasado.
Así es que el alcalde Hipólito Rodríguez Herrero, tiene que tomar al toro por los cuernos y apoyar a su partido, así como a los nuevos funcionarios que entraran en actividad en el gobierno federal y estatal, haciendo lo que tiene que hacer, pues hay que recordar que gobernar es una tarea muy delicada, difícil, donde se tienen que sacrificar hasta las noches de descanso.
En los recientes meses, el mismo Presidente Municipal, sin la experiencia de gobierno, que siempre es necesaria, tuvo que enfrentar la presión de grupos políticos que demandaban solución a sus problemas, por lo que había que escucharlos y buscar la manera más conveniente de resolver las inquietudes ciudadanas. Hasta el momento, todo ha salido bien y parece que a partir de la nueva realidad política del país y del Estado, las cosas habrán de mejorar. Ya no son tiempos de la prepotencia y del ejercicio indebido del poder, sino la conveniencia de poder gobernar junto con el pueblo y para el pueblo, demostrando siempre la plena voluntad de hacer las cosas de la mejor manera.
Rodríguez Herrero, tiene ahora, más que nunca, la posibilidad de trascender en su gobierno, lo que, seguramente, le ayudará para poder continuar en el ejercicio público, al que toda persona, siendo política o no, se acostumbra.
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COMO RESULTADO DE LAS elecciones del domingo pasado, el Gobernador del Estado, Miguel Ángel Yunes Linares, ya no podrá hacer que sus hijos sean gobernadores, a como dé lugar, cuando menos en este periodo gubernamental y el que siga, pues seguramente que Morena, habrá sentado sus reales conforme pase el tiempo y con más dificultades, la coalición PAN-PRD-MC, podrá remontar la gran cantidad de votos que ahora se obtuvieron los morenos.
Claro, que esto no termina ahora, pues sus hijos son parte de una nueva generación que esta permanentemente en busca de las posiciones políticas más importantes que se tienen en el ámbito estatal, pero será difícil alcanzarlas en el futuro, debido a la confianza que la ciudadanía le ha dado a la nueva opción política de México y de Veracruz.
Por un tiempo, considerable, por cierto, los Yunes Linares, y los Yunes Márquez, tendrán que marginarse de la vida pública de Veracruz, salvo uno de ellos que tendrá, todavía, responsabilidad en el ayuntamiento de Veracruz. Después, vendrán los nuevos tiempos de la política local, donde, posiblemente, haya nueva oportunidad para esta familia política, pero no será, de ninguna manera, a como dé lugar, porque esto, al parecer, no gustó mucho en Veracruz.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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