SUPONER, SIQUIERA, desaparecer a las fuerzas armadas del País es, de antemano, una ofensa para el Ejército y la Marina que tanto han dado a la nación a través de la historia, ya sea defendiendo la soberanía –ante la invasión española, francesa o norteamericana- o atendiendo a la sociedad en casos de desastres naturales. Por ello la interpretación de que Andrés Manuel López Obrador pudiera reducir o, incluso, eliminar al Ejército en caso de ganar la elección presidencial del próximo domingo, ha molestado a Generales de División, de Brigada y Brigadieres que no conciben semejante ocurrencia, aunque es cierto que si AMLO gana la mayoría del Congreso de la Unión y logra alianzas con otras fuerzas, bien podría hacer lo que le viniera en gana, incluso, acabar con nuestros gloriosos militares y al igual que caducos regímenes comunistas, crear su propio ejército apoyado por Senadores y Diputados Federales, aunque ello no pasa de ser un “sueño guajiro”, pues antes de que sucediera esta nación estaría en un caos. Por ello, tal vez, la importancia del fuego cruzado para no entregar todo el poder a un solo hombre y alentar ocurrencias trasnochadas. Y es que nadie en su sano juicio podría gobernar sin el apoyo de las fuerzas armadas, de tal suerte que si actualmente no fuera por su participación en el combate al delito y la delincuencia organizada, México sería el país más violento –peor aún de lo que está-, dominado por esos grupos que, ya de por si, a base de fuerza, compra de conciencias y amenazas han ido cooptando a autoridades para imponer a incondicionales que les permitan apoderarse de regiones donde priva el desconcierto y la anarquía.
AMLO DIJO recientemente, en un video subido a la cuenta de Facebook “Amor a México” que: "No necesitamos un Ejército para la defensa, en el caso de que se requiriera, todos los mexicanos defenderíamos al país”, lo que motivó que el fundador del Movimiento de Regeneración Nacional aclarara una y otra vez en horas recientes –tras las andanadas que recibió- que es erróneo, que no desea desaparecer a las fuerzas armadas y, como siempre, culpó a sus enemigos de manipular su versión. Los 13 segundos del discurso de Andrés Manuel, dicen de manera textual: “El Ejército, la Marina, la Policía Federal y Policías Ministeriales tienen muchos elementos, vamos a organizar toda esa fuerza en una guardia nacional y el énfasis lo vamos a poner en garantizar la seguridad pública, no vamos a ser un país de guerra, México va a seguir siendo un país que busque la paz y la tranquilidad, no necesitamos tener un ejército para la defensa”, pero literalmente señala que “no necesitamos tener un ejército para la defensa”, cuando en realidad lo necesitamos, precisamente para la defensa de la sociedad debido a que gobernadores del país no han cumplido con la capacitación de sus policías, y menos los presidentes municipales, siendo estas últimas corporaciones las más infiltradas por grupos fuera de la ley. Basta leer el análisis realizado por el coordinador académico del Centro de Estudios sobre Impunidad y Justicia de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), Gerardo Rodríguez Sánchez Lara en el que advierte que “el estado de fuerza a nivel Estatal sigue siendo insuficiente. Los cálculos del secretariado indican que hay en el país un déficit de 120 mil policías, por lo que existen estados que no tienen ni la mitad de los elementos que deberían tener, y eso vulnera las capacidades para combatir al crimen organizado. Además, son muy pocas los policías profesionales. En realidad no tenemos personal profesional, y los que hay no tienen los medios o formas para hacer frente a la delincuencia”.
OTRO PROBLEMA es que reciben sueldos bajos o prestaciones insuficientes, y eso no se resuelve con mandos unificados sino con mecanismos. Peor aún, dice Gerardo Rodríguez, “el crimen organizado está operando como cuando comenzó a tomar el control de las plazas. Los ataques son contra autoridades de los tres niveles de gobierno, sin embargo, las bajas se incrementan a nivel municipal porque la policía carece de adiestramiento y capacitación”, y en ese sentido se expresa Javier Oliva, especialista en seguridad nacional y académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) cuando sostiene que: “los homicidios de los policías son por la falta de una política y programa a nivel Federal para enfrentar al crimen organizado. Siempre ha sido ocurrencia, improvisaciones, reacciones ante cierto tipo de tragedias, pero nunca ha habido una estrategia consistente a nivel municipal, estatal y federal”. Por ello la ocurrencia de AMLO preocupa, porque han sido el Ejército, la Marina y otras fuerzas armadas Federales las que han dado la cara al crimen organizado ante la indolencia de los gobiernos estatales y municipales de invertir en la fuerza civil para sacar a los militares de las calles y concentrarlos en las tareas que realmente les competen.
VAMOS, LAS fuerzas armadas del país jamás se someterían, incluso, a un Secretario de Seguridad Nacional o Seguridad Pública civil, como propone López Obrador, en este caso a Alfonso Durazo, aun cuando esté respaldado por un Consejo Asesor para garantizar la Paz integrado por el ex General de División Audomaro Martínez Zapata; el vicealmirante José Manuel Solano Ochoa; el empresario y ex Comisionado de Atención a Víctimas Marcos Fastlicht Sackler; el ex Secretario de Seguridad Alejandro Gertz Manero y la abogada Loretta Ortiz.
EN MEXICO ha habido diferentes tipos de ejércitos: 1.-El Ejército Imperial Mexicano que rechazó el asalto de la armada española guarecida en San Juan de Ulúa que pretendía desembarcar en Veracruz, y el Ejército Trigarante, cuerpo militar existente entre 1820 y 1821 que estuvo encabezado por Agustín de Iturbide durante la Independencia de México. 2.- El Ejército Liberal que enfrentó a los franceses que en ese tiempo tenían el aparato bélico más poderoso del mundo. Se le conoció como el ejército de Juárez y operó como guerrilla y, 3.-Los Ejércitos revolucionarios, incluido el Constitucionalista que prevalece hasta nuestros días que absorbió al Ejército Federal de Victoriano Huerta y a muchísimos seguidores de Francisco Villa, Álvaro Obregón y Emiliano Zapata. El Ejército Mexicano actual es resultado de la evolución de las fuerzas revolucionarias emergidas del Ejército Constitucionalista, al ser sometido a la reorganización y modernización impuesta por el general Joaquín Amaro. El Secretario del ramo, al igual que en la Marina es un General de División y un Almirante, y solo se someten a las instrucciones del comandante supremo que es el Presidente de la República en turno, y AMLO, antes de serlo, ya piensa en desaparecerlos. Por ello la importancia de dividir el voto. Vaya ocurrencia. OPINA carjesus30@hotmail.com
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