LOCURA, SEGÚN el diccionario de la lengua española, significa “privación del juicio o del uso de la razón”, y aunque antiguamente se consideraba consecuencia de maniobras sobrenaturales o netamente demoníacas, lo cierto es que en México pudiera ser tomada como término peyorativo, especialmente para quienes sufren trastorno bipolar, muy común en políticos, sobre todo cuando se encuentran en desgracia. Y es que como bien decía el General Marcelino García Barragán, ex gobernador de Jalisco y Secretario de la Defensa Nacional con Gustavo Díaz Ordaz: “El poder marea a los inteligentes, pero a los pentontos, los enloquece”. Y eso fue acaso lo que sucedió a Javier Duarte de Ochoa que ahora, en una más de sus ocurrencias, denunció por daño moral al candidato presidencial del PAN, Ricardo Anaya Cortés , como si al queretano le preocupara semejante “chifladura” de quien debería estar ocupado en demostrar el origen de su lóbrega fortuna, sobre todo las propiedades que, presuntamente, tiene en España, entre otras un hotel y departamentos, aunque no debe soslayar las indagaciones en su contra por desaparición forzada de personas como autor intelectual, acusaciones por las que se encuentran en proceso varios ex mandos de la policía Estatal y Ministerial, en tanto el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares ofrece hasta 5 millones de recompensa por informes que lleven a la captura del ex Fiscal, Luis Ángel Bravo Contreras.
NO HAY que olvidar que Friedrich Wilhelm Nietzsche optó por la locura al comprobar lo que iba a ser el mundo en manos del hombre mediocre, hombre sin imaginación moral, del conformista que acabaría justificando los terribles regímenes totalitaristas de los siglos XX y XXI, cerrando los ojos ante los desmanes del mal, y en una misiva dirigida al profesor Carl Jacob Christoph Burckhardt, historiador suizo de arte y cultura, encendió las alarmas en el destinatario cuando le confiesa: “Querido señor y profesor: En fin de cuentas preferiría mucho más ser profesor en Basilea que Dios; pero no me he atrevido a llevar mi egoísmo privado hasta el punto de omitir por su causa la creación del mundo”. Nietzsche había perdido la razón debido a una sífilis nunca tratada, aunque su realidad era otra; el filósofo rechazaba las normas sociales establecidas –como las rechazó Duarte en su soberbia creyéndose Nerón o Calígula-.
EL EX GOBERNADOR vive su propia locura, producto de tenerlo todo y, de pronto, desvanecerse a la nada; a un cuarto de tres por tres controlado por guardias que le dicen qué hacer y qué no, cuando esos mecanismos del autoritarismo eran parte de su cotidianidad. No soporta el encierro y busca cualquier pretexto para estar en los medios a los que se volvió adicto, y acaso por ello, creyendo neciamente que aún es capaz de hacer daño, opta por una denuncia civil por daño moral, cuando el mismo debería auto denunciarse por el mismo ilícito cometido contra cientos de veracruzanos. Duarte no ayuda al PRI denunciando a Anaya Cortés, por el contrario, lo perjudica, y lo menos que debería hacer el Revolucionario Institucional es deslindarse de semejante ocurrencia porque, en principio, ya no es priista, pero si el causante de que al “tricolor” le esté yendo como en feria en diversos escenarios de la vida política.
DUARTE DEBERÍA estar preparando su defensa ahora que han emergido diversas presuntas propiedades que le acreditan en España, como el hotel-pensión Iturrienea Ostatua, en Bilbao, ubicado en el primer piso del número 14 de la calle peatonal Santa Naría Kalea, en pleno centro de la ciudad. Se trata de 233 metros cuadrados divididos en tres apartamentos, el cual es administrado por uno de sus hermanos –del que siempre se avergonzaba-, y fue remodelado en el año 2009, cuando se presume habría sido adquirido siendo secretario de Finanzas y Planeación en el gobierno de Fidel Herrera Beltrán. Según la publicidad, el Iturrienea Ostatua “está en una encantadora calle peatonal del centro histórico de Bilbao. Ofrece WiFi gratuita. Todas las habitaciones disponen de TV de pantalla plana, aire acondicionado, calefacción, colchón de viscolástica, nevera y caja fuerte. Hay baño privado con ducha y secador de pelo. Algunas habitaciones gozan de vistas a la ciudad. Además, se proporciona servicio de información turística, ropa de cama y consigna de equipaje”. Refiere que la pensión se halla a 700 metros del parque Etxebarria, a 100 metros de la catedral de Santiago y del centro histórico de la ciudad, y a 5 km del aeropuerto de Bilbao. “Además, la puntuación de ese alojamiento es de las mejores en Bilbao. A los clientes les gusta más que otros de la zona. A las parejas les encanta la ubicación -le han puesto un 9.8 para viajes de dos personas”- según destaca la publicidad.
SE SABE que uno de los prestanombres del ex gobernador, según la investigación de Carlos Loret de Mola, sería su hermano Daniel Duarte de Ochoa, quien aparece al frente de dos sociedades inmobiliarias constituidas en la ciudad de Bilbao. La primera es Consultoría Casco Viejo, propietaria del hotel Iturrienea Ostatua, y con base en la oficina registradora de España, la compraventa ante notario se dio el 23 de abril del 2014. La otra empresa del mismo ramo es Bilbao, Alquiler Apartamentos y Servicios SL, en la que Daniel Duarte tiene la mitad de los derechos, y es propietaria de un departamento de 258 metros cuadrados ubicado en el primer piso del edificio número 9 de la calle Hernani, a menos de cuatro minutos a pie del hotel Iturrienae Ostatua. El departamento tiene tres dormitorios, comedor, cocina y dos baños y fue escriturado el 2 de mayo del 2011. Fuera de las sociedades inmobiliarias, Daniel Duarte también es dueño de otro departamento, en el piso 3 del edifico uno, en la calle Lamana, de 104 metros cuadrados, en un perímetro no mayor a 200 metros de las otras dos propiedades. El documento del registro español muestra a Daniel Duarte como titular, y explica que es mexicano y que está casado con Óscar Millet Aguilar-Galindo bajo el régimen catalán de separación de bienes. La fecha de la compraventa marca el 30 de Mayo del 2012. También en Madrid el exgobernador sería propietario de otro inmueble en uno de sus mejores barrios, el de Salamanca. En el número 8 de la calle Antonio Acuña, donde hace 5 años había un cine, hoy se levanta un edificio de 24 departamentos. El cuarto piso letra “D”, aparece a nombre de José Manuel Ruiz Falcón, quien fue designado por el ex gobernador Duarte de Ochoa como director del Centro Histórico del puerto, encargado de las obras de remodelación de los primeros cuadros de la ciudad y presunto prestanombres del exgobernador. Por lo pronto, para que se deje de ocurrencias, la Fiscalía del Estado –que es panista- ya obtuvo dos órdenes de aprehensión más contra Duarte por abuso de autoridad, incumplimiento de un deber legal, peculado, tráfico de influencias y coalición derivado de la carpeta 38/2017, y todo por denunciar a Anaya. Vaya locura del gordobés. OPINA carjesus30@hotmail.com
|
|