El gobernante es un sirviente de su pueblo, no es el que manda, es quien obedece, así se vio en las calles de Jalapa al gobernador dos añeros Miguel Ángel Yunez que, con una discreta vigilancia – que no la necesita y la creo innecesaria - recorrió las calles de esta capital, al encuentro con quienes debe gobernar, obedeciendo.
Sin embargo, esta actitud del gobernador contrasta y mucho con la que asume el presidente municipal, Hipólito Rodríguez que piensa que, encerrado en su “bunker” y a puerta cerrada como tiene su despacho, se puede gobernar con eficiencia y eficacia, cuando, si ayer triunfó su partido y hoy no cambia su conducta, mañana la derrota será descomunal .
Si el alcalde no abre los ojos ni agudice el oído en estos momentos críticos que vive el país, si constituyó una esperanza se convertirá en el peor desencanto para la sociedad jalapeña, así es , que está a tiempo de enmendar su comportamiento y abrirse , porque no basta con que se diga que es honrado, sino que tiene que demostrarlo.
Es muy cierto que a Yunez Linares le faltan algunos meses para que termine su gobierno y que hará lo imposible para que hijo lo sustituya en el gobierno, y que podría pensarse que es un acto de campaña el que realiza - ya entrenó en vigor la sequía electoral- pero no se le puede impedir que salga a la calle y las recorra con la prudencia debida y , si en política hay que ser y parecer, más espacio le queda al alcalde para estar en la calle, cuando se acusan muchos problemas que son de atención inmediata.
Los problemas de la ciudad son diarios y no admiten demora alguna, por ejemplo: la basura, el agua, alumbrado público, los cientos de baches, la vialidad y mil problemas de atención inmediata, por lo mismo, con rigor, debe afrontarlo donde se ocasionen y no empozado en su escritorio.
Si como se dice que se percibe un sueldo mayor al del gobernador, por decencia política y honestidad preclara, debe ajustarse, contrario sensu lo que dice el artículo 127 de la constitución en su fracción II.-“ningún servidor público podrá recibir remuneración, en términos de la fracción anterior, por el desempeño de su función, empleo, cargo o comisión, mayor a la establecida para el presidente de la república en el presupuesto correspondiente”
Se puede decir que vimos a un gobernador sonriente y abierto a quienes quisieron acercarse, y no hemos visto, por lo pronto, a un presidente municipal que esté dispuesto a estar en la calle. |
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