SIN DUDA son tiempos electorales, y lo que está en juego no es una alcaldía o diputación local o federal que para el caso es lo mismo, sino la gubernatura del estado, ese espacio que convierte a los titulares del Poder Ejecutivo en soberanos temporales sean de izquierda, derecha o centro -como lo ha demostrado la historia en diversas entidades-, y el pleito que se traen el alcalde de Xalapa, Hipólito Rodríguez Herrero y el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares se enmarca en esa circunstancia, donde no está en disputa la seguridad de los veracruzanos y xalapeños, en particular, sino el control del poder a través de esas videocámaras de vigilancia con las que no solo se dará seguimiento a delincuentes que hayan perpetrado un ilícito, sino que permitiría al Estado acechar a los enemigos del sistema gobernante, esto es, mediante el moderno sistema de observación se podría ver quién entra y sale de Palacio Municipal –sin necesidad de orejas- o quienes arriban en plan camorrero para manifestarse frente a Palacio de Gobierno u otra instancia, algo que ya se realiza mediante drones que, también, completarán la tarea de seguimiento. Y es que no es secreto que en muchos lugares del país y del mundo, las cámaras de videovigilancia tienen doble o triple propósito para contener a los enemigos, y en algunos casos –al menos en el pasado reciente- permitían espiar accesos y salidas de moteles e, incluso, hoteles, sobre todo en las zonas de tolerancia, lo que permitía corroborar que políticos o, incluso, personajes del sector privado seguían aferrados al “closet”, y de esa manera, al ser descubiertos eran obligados al sometimiento político o económico, este último conocido como extorsión.
PERO NO deseamos pensar mal del “gobierno del cambio”, y asumimos que Miguel Ángel Yunes Linares sería incapaz de semejante felonía, y que solo le interesa “velar por la seguridad de los gobernados”, a quienes prometió retornar en seis meses la paz y tranquilidad en todo el solar veracruzano, y aunque se ha retrasado un poquitín, no hay que comer ansias ¿qué tanto son 11 meses de atraso, si bien lo dice Carlos Gardel en su afamado tango “Volver”: “si 20 años no es nada”?. No hay que ser exagerados ni hacer enojar al señor gobernador con tanta exigencia, aunque los demonios sigan sueltos. Y es que no es ninguna novedad que los gobiernos del mundo –incluido México- usan sofisticadas herramientas tecnológicas para seguridad pero, también, para espiar a sus propios ciudadanos, y aun recordamos el interesante artículo publicado el pasado 19 Junio por el influyente The New York Times que puso al descubierto que activistas y periodistas mexicanos han sido objeto de ataques por parte de un software malicioso conocido como Pegasus. Más preocupante es aún que no se trata de algo nuevo, pues es parte de una situación que ya desde hace tiempo habían destapado organizaciones como Citizen Lab y Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D). Pegasus es un software desarrollado por la compañía israelí NSO Group para ayudar a que “gobiernos autorizados” puedan “combatir al crimen y el terrorismo”. Fue descubierto por primera vez en 2016, luego de que un análisis de los mensajes recibidos por el activista emiratí Ahmed Mansoor, revelara la existencia de ese sofisticado programa.
Y AUNQUE en Veracruz no será un software sino cámaras de videovigilancia, el asunto es que habrá seguimiento a todos y no solo a delincuentes, ya que desde las propias cámaras se podría acceder a información de dispositivos –y claro que se podría mediante ciertos mecanismos-. No hay que olvidar que a mediados de 2016, un estudio realizado por la Red en Defensa de los Derechos Digitales reveló que tres compañías mundiales NSO Group, FinFisher y Hacking Team, especializadas en la intervención de dispositivos de comunicación y cómputo, vendieron programas a gobiernos estatales en México para espiar a ciudadanos, de tal suerte que de acuerdo al organismo, la vigilancia estatal en el país está fuera de control. Los datos aportados por la Red revelaron en 2016 que “13 estados de la República junto con el Ejército Mexicano adquirieron un software de espionaje capaz de infectar computadoras, teléfonos y celulares de cualquier usuario con el fin de robar información sin las facultades legales para hacerlo y sin dejar rastro alguno de intervención ilícita. Las 13 entidades que tienen relaciones comerciales con compañías de hackers a través de otras empresas son: Baja California, Chihuahua, Durango, Tamaulipas, Veracruz, Jalisco, Nayarit, Tlaxcala, Estado de México, Ciudad de México, Puebla, Guerrero y Campeche.
PERO MOSCÚ informó a finales del año pasado haber incorporado tecnología de reconocimiento facial a su red de 170 mil cámaras de vigilancia desplegadas por toda la ciudad con tal de identificar a criminales, y esa tecnología ya se puede adquirir en empresas dedicadas a la venta de sistemas para circuitos cerrados de televisión (CCTV) o cámaras de videovigilancia. Tal vez estemos elucubrando y las videocámaras que pretende instalar –y que ya ha instalado- el Gobierno del Estado en Xalapa y varios puntos de la Entidad son inofensivas, y solo tienen como fundamento protegernos de los malos, aunque no está de más dejar en claro todo lo que se puede hacer con esos aparatitos inventos del hombre moderno.
LO QUE sí es inaudito es que las máximas autoridades del Estado y de la capital Xalapa sigan enfrascados en una lucha de poder en donde solo pierden los gobernados, por lo que sería bueno que en aras de la civilidad, en el que cupiera la prudencia primero, invitara al otro a echarse un cafecito en lugar público pero alejados de medios de comunicación para discutir diferencias –y proponemos público para que no se sospechen componendas-, pues los xalapeños no tienen la culpa que cada cual por su lado quiera imponer a su candidato a gobernador, con el riesgo de que en una de esas, ninguno de sus “gallos” gana y se impone Pepe Yunes, el abanderado “tricolor”, ya que en este mundo todo puede suceder, sobre todo cuando se trata de un buen aspirante.
PERO POR lo pronto, que alguien les aconseje que ya dejen de portarse como “chamacos malcriados” y asuman la responsabilidad que les confirió la sociedad a través del voto, pues queda claro que en esos pleitos estériles participa, también, la delincuencia midiendo debilidades. Es como cuando papá y mamá discuten por caprichos del niño soez y éste busca, a partir de medirlos, quien podría seguir cumpliéndole antojos o pretensiones. En fin, el pleito Miguel Ángel-Hipólito a nada bueno conlleva, y basta ver jovencitas desaparecidas que siguen apareciendo muertas, jóvenes ejecutados o asaltos en Xalapa ante los vacíos de poder que están engendrando, mientras el Gobernador amenaza: si no cede Hipólito recojo mis canicas y me las llevo. Así de simple. OPINA carjesus30@hotmail.com
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