ES INDISCUTIBLE que el triunfo de Miguel Ángel Yunes Linares como Gobernador del Estado en 2016, se lo debe, invariablemente, a Javier Duarte de Ochoa, ya que si el corrupto cordobés por adopción no hubiese incurrido en tantos latrocinios, el oriundo de Soledad de Doblado, tal vez, se habría quedado, nuevamente, en el camino. Fue la corrupción de Duarte de Ochoa y sus secuaces lo que coadyuvó a que el ex director del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado, ISSSTE se asumiera ganador de la contienda, seguido de cerca por el abanderado del Movimiento de Regeneración Nacional, Cuitláhuac García Jiménez que, debemos decirlo, no avanzó por méritos propios sino debido al empuje de quien encabeza las preferencias electorales rumbo a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador. Pero el “Cuit” pudo ser gobernador, pero no supo canalizar el rencor social que en esos momentos se respiraba en el ambiente político contra el duartismo, incluso al interior de un PRI minimizado por el ex gobernante que no deseaba que el Senador con licencia, Héctor Yunes Landa, llegara al poder, ya que entre sus cercanos había prometido que llevaría a la cárcel al nefasto ex mandatario, pero le faltó decirlo en público, difundirlo, comprometerse con la sociedad a cumplir lo que en privado enfatizaba, luego de que éste le regalara una caña de pescar ante sus seguidores para que fuera a capturar “peces gordos” en El Estero, en franca alusión al pariente choleño, Yunes Linares.
GARCIA JIMENEZ, por alguna razón, se contuvo, también, y no usó el discurso anticorrupción contra Duarte de Ochoa, dicen los que saben que porque el regordete ex titular del ejecutivo lo “maiceaba” –utilizando las palabras de López Obrador-, aunque vaya usted a saber si es cierto o si hubo otros motivos pero, la realidad es que ambos, Cuit y Héctor desaprovecharon el argumento que era “oro molido” para alcanzar el triunfo, pues la “antipatía social” ya estaba incubada en todos los sectores al ser obvio el enriquecimiento por saqueo de los duartistas –muchos de ellos, ahora en prisión-, y del propio ex gobernador, concatenado con la ausencia de obra pública y una galopante inseguridad que costó la vida a miles, entre ellos 18 periodistas e infinidad de desaparecidos que han ido “apareciendo” en fosas clandestinas, tal como lo adelantó alguna vez el sacerdote Alejandro Solalinde cuando advirtió que bastaría remover un poco la tierra en territorio Estatal para corroborar que Veracruz era el cementerio clandestino más grande del país.
YUNES LINARES, en cambio, supo aprovechar muy bien el encono de los veracruzanos contra el duartismo, y exhibió en tiempo y forma diversas propiedades que ilegalmente adquirieron los “atracadores”; denunció en su campaña los millones que se robaron, prometió llevar a la cárcel a autores, sobre todo a Javier Duarte, y asumió el compromiso de recuperar los bienes adquiridos producto del robo a los veracruzanos y, paulatinamente, fue creando una cultura de la legalidad asumiéndose a sí mismo como el redentor de una sociedad agraviada. El día de su toma de protesta dio el primer golpe al anunciar la recuperación de bienes y exhibir propiedades de Duarte como el departamento D en el piso 11 en la exclusiva Torre Marina Tajín, en Isla del Amor, en Alvarado, con 281 metros cuadrados, cuyo valor catastral es por 2 millones 602 mil 491 pesos, según consta en registros de la Dirección General de Patrimonio del Estado (DGPE). Cuatro terrenos cuyo valor catastral suman los 13 millones 325 mil 198 pesos. Los lotes 7 y 8 en la Manzana 4, terrenos ubicados en el exclusivo residencial Punta Tiburón Marina y Golf en Alvarado, Veracruz. El lote 7 tiene una superficie de mil 232 metros cuadrados y el número 8 una superficie de mil 61 metros cuadrados. Además de los lotes 22 y 31 en la manzana 6 cuyas superficies son mil 278 metros cuadrados y 947 metros cuadrados respectivamente, de igual manera, en Alvarado, Veracruz, aunque la cereza del pastel fue el Rancho El Faunito, en Fortín de las Flores, y el rancho Las Mezas, en Valle de Bravo, Estado de México. En total, sin considerar estos dos últimos, fueron recuperados 722 millones de pesos en efectivo y 22 propiedades con valor de 42 millones de pesos.
Y QUÉ bueno que Miguel Ángel Yunes esté rescatando parte de lo robado a los veracruzanos, y que lo siga haciendo como, ahora, los 4 departamentos que, según dijo, acaba de rescatar en el edificio Pelícanos de Boca del Río con valor cercano a los 50 millones de pesos, y que siga en ese mismo tenor; lo malo es que aproveche los tiempos electorales y que siga usando a Duarte como bandera para afianzar el triunfo de su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez o, en el peor de los casos, como “cortina de humo” para desviar la atención en torno al adeudo que dejó el ex alcalde de Boca del Río en las cuentas por pagar, en este caso a la empresa Televisa. Porque resulta extraño que la conferencia del mandatario se dé a pocas horas de trascendido el escándalo Boca, como si se buscara tender una “cortina de humo” o “tapar el sol con un dedo”.
Y ES que los veracruzanos, más allá de la misma cantaleta duartista, como que ya desean escuchar propuestas sólidas de crecimiento y empleo, inversiones extranjeras y locales que reactiven la economía y coadyuven a bajar los índices de criminalidad que, a decir verdad, laceran a la sociedad, pues la violencia dejó de ser un conflicto entre malosos para extenderse en perjuicio de los gobernados, como ha quedado de manifiesto con infinidad de asaltos sangrientos, secuestros, ejecuciones, extorsiones, feminicidios y toda suerte de actos delictivos que se han tornado una de las preocupaciones más sentidas del comercio y las empresas, porque a todos –un hecho delictivo- puede pasar en cualquier momento que nos cambie la vida para siempre.
INSISTIMOS: QUÉ bueno que se sigan rescatando bienes en poder de saqueadores, y se lo aplaudimos; que se amplíen las investigaciones a quienes, todavía, tienen fuero como Alberto Silva Ramos, Antonio Tarek Abdala, Edgar Spinoso, Vicente Benítez y Juan Manuel del Castillo, entre otros, y que se les arrebate lo que no corresponda a sus ingresos legítimos pero, a decir verdad, Veracruz ya merece otro discurso más esperanzador, con mayores expectativas de cambio, porque uno se responde: está bien, ya rescataste más bienes y dinero mal habido por Duarte pero, ¿eso ayudará a reducir la violencia y criminalidad? ¿Permitirá crear más empleos tan necesarios en estos momentos? ¿Sacará de la pobreza extrema a los millones de veracruzanos que no tienen ni qué comer, y a los millones en pobreza?. Si es así, me callo y que siga el espectáculo. OPINA carjesus30@hotmail.com
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