DICEN QUE “perro no come carne de perro”, sentencia popular sustentada en estudios científicos que en Tamaulipas pareciera no tener efecto. Y es que las investigaciones en torno al asesinato del periodista veracruzano Carlos Domínguez Rodríguez –ocurrido el pasado 13 de Enero en Nuevo Laredo-, han cimbrado a la comunidad reporteril no solo de aquella Entidad sino del País, al enterarnos que los presuntos agresores –intelectuales- fueron “comunicadores” y políticos” –ya detenidos-, entre otros Gabriel Garza Flores, colaborador de El Diario de Nuevo Laredo; Luis Ignacio Valtierra Hernández, presidente de la Unión de Periodistas Democráticos, y Juan Jesús González Zúñiga, periodista independiente, además de Jorge Alfredo Cantú, familiar del candidato del Movimiento de Regeneración Nacional a la alcaldía de Nuevo Laredo, Carlos Cantú Rosas, quien ya fue Presidente Municipal de aquel lugar abanderado por el PAN, y que de acuerdo al hijo del comunicador apuñalado, sería el actor intelectual. Con los ya mencionados hay otros dos detenidos que, en total sumarían seis, y aunque los imputados solicitaron un amparo, ya están a disposición de las autoridades para ser procesados. En este caso, que involucra al medio periodístico tamaulipeco coadyuvan y coinciden en sus investigaciones tanto la Fiscalía Especializada en Delitos Contra la Libertad de Expresión de la Procuraduría General de la República (PGR) como la Procuraduría General de Justicia de Tamaulipas (PGJT), y de acuerdo a ambas dependencias, aún faltan más órdenes de aprehensión que cumplir.
DE COMPROBARSE la alianza prensa-políticos para acabar con la vida de un comunicador –originario de Acayucan-, se estaría demostrando ese viejo amasiato que durante muchos años conllevó a complicidades en los que a la prensa se le usaba como “gatilleros” para masacrar a “periodicazos” a políticos non gratos, aunque, por lo visto, en Tamaulipas se pasó de la nota destructiva al uso de la fuerza y la sinrazón, algo que no se imaginaba pero que, sin embargo, se está dando en esta sociedad que se encamina a la destrucción. Carlos Domínguez, profesor y periodista independiente fue asesinado a puñaladas cuando viajaba en su automóvil junto a su hija, y de acuerdo a Irving Barrios Mojica, Procurador de aquel Estado, los otros detenidos identificados como David “N” y Adrián “N” fueron los encargados de interceptar el automóvil del comunicador, lo obligaron a descender y lo apuñalaron, mientras que “los otros cuatro detenidos tuvieron una participación trascendente en la premeditación del homicidio”, entre otros, el sobrino del ex edil de Nuevo Laredo, Carlos Cantú Rosas Villarreal, a quien el agente del Ministerio Público, Ramón Ernesto Gómez Ochoa le ejecutó la orden de aprehensión concedida por el juez de control por homicidio calificado y delincuencia organizada, aun cuando es militante de Acción Nacional (PAN), partido que gobierna, actualmente, en ese Estado.
QUEDA CLARO –de acuerdo a los expertos que analizaron el trabajo de Domínguez Rodríguez- que el asesinato no fue perpetrado por la delincuencia organizada sino por la delincuencia autorizada, esto es, por periodistas y políticos, y su trabajo periodístico si tiene que ver con su muerte, lo que en verdad nos deja boquiabiertos, ya que se trata de la primera vez que periodistas participan en el asesinato de otro periodista, desvirtuando la sentencia popular de que “perro no come carne de perro”, ya que de acuerdo a investigadores de la Universidad de Granada, España: para un animal carnívoro, comer carroña de otro carnívoro, especialmente si es de su misma especie, incrementa la probabilidad de contraer patógenos que podrían hacer peligrar su vida, y de ahí el conocido refrán que, finalmente, sufre una alteración.
EN AQUELLA investigación del por qué “perro no come carne de perro” habrían participado, también, las universidades de Berkeley (EE.UU.) y Murcia, y los resultados fueron publicados en la revista Journal of Animal Ecology, los cuales aportaron nuevos datos sobre esa idea cuyo origen se remonta al menos a los tiempos de la antigua Roma (Canis caninam non est), y que quiere decir, en un contexto social, que los miembros de un determinado gremio tienden a evitar conflictos entre ellos. La expresión parece haberse originado a partir de observaciones empíricas sobre la aversión de los animales carnívoros a comer cadáveres de otros carnívoros, pues como explica el autor principal del trabajo, el investigador del departamento de Zoología de la UGR, Marcos Moleón Páiz, “a los humanos nos encanta comer, pero no cualquier cosa ni a cualquier precio”. En fin, que lástima que esto ocurra, y que la ambición desmedida de ciertos sujetos los lleve a cometer acciones como esa, en donde la vida humana, como decía el poeta del pueblo, José Alfredo Jiménez: “no vale nada”.
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POCOS SABEN que Benito Juárez García, el ex presidente de México que gobernó al País del 18 de Diciembre de 1857 al 18 de Julio de 1872 (15 años en la cúspide del “pinche poder”, la mitad de los que permaneció su alumno Porfirio Díaz Mori, debido a que falleció intempestivamente por una angina de pecho, ya que de otra manera hubiera superado al héroe de la guerra de intervención en 1862) procreó con su esposa Margarita Maza Parada 12 hijos, y con otras dos mujeres otros dos: con Cruz Ortiz tuvo a Tereso Juárez Ortiz y con Juana Rosa Chagoya a Susana Juárez Chagoya, lo que indica que el llamado Benemérito de las Américas se la pasó, entre haciendo hijos, huyendo de sus persecutores y gobernando la parte de la Nación que le permitían. Como fuera, una de sus hijas con Maza de Juárez fue registrada en el Puerto de Veracruz: Jerónima Francisca Juárez Maza, y de acuerdo a los historiadores, fue la primer acta de nacimiento que se emitió en el País, documento que se deterioró por el paso del tiempo y debido a una intervención realizada inadecuadamente. Jerónima Francisca solo vivió 21 meses, de 1860 a 1862, pero el documento que avala su nacimiento es histórico por haber sido el primero.
SUS OTROS hijos fueron: Manuela, Margarita (que se casó en tres ocasiones), Felícitas, María Guadalupe, Soledad, Amada, Benito, María de Jesús, Josefa, José María, Francisca Jerónima y Antonio Juárez Maza (más los que, seguramente, no reconoció. Sin duda, todo un señor “garañón” este don Benito Juárez García. Quien lo viera. OPINA carjesus30@hotmail.com
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