A LAS 5:38 de la mañana de este 14 de Febrero, Día del Amor y la Amistad, un juez de control decretó vinculación a proceso por desaparición forzada a 19 elementos en activo y ex policías de la Secretaría de Seguridad Pública -que alguna vez comandó el nefasto ex titular Arturo Bermúdez Zurita-, gracias a los aportes de cuatro “testigos protegidos” que habrían participado, también, en los macabros acontecimientos que les acreditan y que van, como alguna vez se insinuó en este espacio, desde la detención arbitraria –hayan sido o no integrantes de la delincuencia organizada-, hasta la desaparición al estilo colombiano, esto es, echándolos a leones, tigres y cocodrilos que el ex funcionario tenía en la Academia de Policía, como refiere la presunta versión de uno de los interrogados por la Fiscalía Estatal que asegura que algunos desaparecidos estarían sepultados bajo los edificios que se construyeron durante el periodo comprendido entre 2011 y 2016, aunque colectivos de búsqueda de desaparecidos han realizado revisiones sin que hasta la fecha hayan encontrado nada, mientras otro “testigo encubierto” declaró que durante el tiempo que funcionó el “zoológico privado” de Bermúdez Zurita, algunos cuerpos de personas detenidas habrían sido ofrecidos como “alimento” para los leones y cocodrilos que se encontraban en La Academia.
VAYA USTED a saber qué tanto es verdad y cuanta fantasía o, en el peor de los casos, parte de una trama para acabar de hundir al malévolo ex jefe policiaco y sus cómplices, pero lo cierto es que en México se está abusando de esa figura a la que Américo Delgado de la Peña, prototipo del narco abogado -asesinado el 28 de Agosto de 2009 en su despacho de Toluca, Estado de México-, califico de “mentirosos que viven del erario”, pues por la misma definición de la figura jurídica, no es posible tener un careo con el acusado y, por tanto, no se sabe si dicen la verdad o no. Y vaya que tenía razón, pues en Veracruz, en reciprocidad al aporte, la Fiscalía General del Estado se abstuvo de investigar y ejercer acción penal en contra de los 4 “testigos protegidos”, todos ellos ex integrantes de “las fuerzas especiales” de Seguridad Pública (SSP) que tanto daño sembraron, y quienes aportaron información para robustecer el proceso que se sigue a 3 ex altos mandos, 16 expolicías y 12 elementos que aún no han sido detenidos, involucrados en la presunta desaparición de 15 personas entre Abril y Octubre de 2013, algunos de ellos convertidos en desechos animales de ser cierta la versión de que se convirtieron en alimento de las bestias.
DICE EL capítulo séptimo de la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada en su artículo 35, que el miembro de la delincuencia que preste ayuda eficaz para la investigación y persecución de otros miembros de la misma, podrá recibir los beneficios siguientes: 1.-Cuando no exista averiguación previa en su contra, los elementos de prueba que aporte o se deriven de la averiguación previa iniciada por su colaboración, no serán tomados en cuenta en su contra. Este beneficio sólo podrá otorgarse en una ocasión respecto de la misma persona; II. Cuando exista una averiguación previa en la que el colaborador esté implicado y éste aporte indicios para la consignación de otros miembros de la delincuencia organizada, la pena que le correspondería por los delitos por él cometidos podrá ser reducida hasta en dos terceras partes; III. Cuando durante el proceso penal, el indiciado aporte pruebas ciertas, suficientes para sentenciar a otros miembros de la delincuencia organizada con funciones de administración, dirección o supervisión, la pena que le correspondería por los delitos por los que se le juzga, podrá reducirse hasta en una mitad, y IV. Cuando un sentenciado aporte pruebas ciertas, suficientemente valoradas por el juez, para sentenciar a otros miembros de la delincuencia organizada con funciones de administración, dirección o supervisión, podrá otorgársele la remisión parcial de la pena, hasta en dos terceras partes de la privativa de libertad impuesta.
PERO EN el caso de Bermúdez y coacusados, la Fiscalía General del Estado se abstuvo de investigar y ejercer acción penal contra los 4 informantes que le ahorraron la fatiga de una investigación científica, y en cambio aportaron pruebas suficientes para “entambar” de por vida a los 19 presuntamente implicados, además de otros doce que aún permanecen prófugos y que, seguramente, caerán, lo que permite deducir que en Veracruz –como en la Colombia de Pablo Emilio Escobar Gaviria-, ser “sapo”, “soplón” o “delator” podría convertirse en un redituable negocio para quien lo ejerce, y en un peligro para, incluso, gente de bien que sea inculpada por denunciantes “anónimos”, sobre todo porque jamás se les permite un careo con los indiciados.
EN HONOR a la justicia, los cuatro “soplones” que ahorraron el trabajo a los “investigadores” de la Fiscalía deberían ser llevados a juicio –aunque se les reduzca las sentencias-, ya que se trata de elementos que participaron en los horrores de un sexenio que lo mismo le daba encarcelar por capricho a los enemigos que mandarlos a asesinar, y aunque hayan sido obligados, como buenos ciudadanos debieron denunciar en tiempo y forma esas atrocidades ante la Procuraduría General de la República, y al no hacerlo, aquí y en China simple y llanamente, son cómplices de aquellas atrocidades que enlutaron hogares sembrando la desesperación de cientos de familias. En suma, no debe haber perdón para esas bestias, ni siquiera para quienes las delataron porque, “perro que come huevo, aunque le quemen el chipo”. Así de simple…
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NO CABE duda que el llamado “joven maravilla”, Ricardo Anaya Cortés salió más protagónico que Andrés Manuel López Obrador. Y es que eso de difundir que era perseguido por una camionera cuando abandonaba territorio veracruzano, y que se bajó y encaró “valientemente” al persecutor, es digno de una novela cómica, sobre todo luego de que el Secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida aclaró que fue el propio gobierno de Veracruz el que pactó con el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), dar seguimiento a la campaña del aspirante panista a la Presidencia, esto, según dijo el funcionario Federal, por cuestiones de seguridad y no como parte de una política de espionaje, como denunció Anaya en sus redes sociales. Y es que uno se pregunta: ¿se habría bajado tan “retadoramente” de la unidad de no saber de quién se trataba?. Este muchacho es teatrero y en verdad se siente Ricardo Tapia, el chico maravilla de Batman. OPINA carjesus30@hotmail.com
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