CUANDO FUE nominado candidato a la alcaldía de Papantla por la alianza PAN-PRD, hubo quienes deslizaron al Gobernador Miguel Ángel Yunes Linares tener cuidado con Mariano Romero González, ya que sorpresivamente acumuló en 4 meses una gran riqueza sin tener ninguna empresa o ser empleado de algo, y como suele ocurrir en estos casos, cuando la fortuna llega así de pronto, el ahora, Presidente Municipal se mandó a edificar una fastuosa residencia donde antaño tenía una humilde vivienda de madera, muy a pesar de la crisis que viven miles de papantecos no solo por desempleo y falta de apoyo sino por la inseguridad. Pero la coalición, en aras de ganar, ya que Romero González era protegido de su antecesor, Marcos Romero Sánchez, ahora propietario de1 mil 672 hectáreas presuntamente distribuidas en 17 ranchos, no hizo caso a la advertencia.
YA EN el poder, Romero se hizo rodear de personajes de negro historial como Gregorio Jiménez García, alias “el cólera”, a quien nombró subdirector de Protección Civil del ayuntamiento, un hombre que como su apodo lo indica, es irascible y manipulador. El “cólera” se desempeña, además, como dirigente de taxistas afiliados a la Unión Veracruzana de Pueblos Olvidados -UVERPO- y delegado de la Comisión Nacional de Emergencia, tiene 50 años, y el domingo pasado fue detenido en un Puesto de Observación de la Secretaría de Seguridad Pública cuando conducía la unidad marca Nissan tipo Tsuru modelo 2013, color oficial para taxi, con placas de circulación 534-XCU del Estado de Veracruz, registro con NIV 3N1EB31S1DK337277 y número económico 841 del servicio de transporte de aquella ciudad, y hasta ahí las cosas bien, a no ser por un detalle (que lo mantendrá en prisión algún tiempo si se aplica la ley): en el interior del vehículo fueron encontradas 50 bolsas de marihuana que aunque el sujeto dijo que eran para su consumo personal, nadie se tragó el cuento, por lo que quedó a disposición de las autoridades.
EN PAPANTLA, de un tiempo a la fecha, infinidad de taxistas han sido asesinados, por lo que la detención de Jiménez García, si no hay protección de más arriba, podría arrojar muchas luces en torno a ello e, incluso, respecto a fortunas recientes que se dieron de la noche a la mañana. Tal vez el hecho sea un ejemplo de lo que podría ocurrir en la elección del primero de Julio, si los partidos, en el afán de ganar, no seleccionan con lupa a los contendientes. Hay quienes dicen que acaso para deslindar responsabilidades y evitar que se le critique de proteccionismo por tratarse de un personaje de la alianza PAN-PRD, la Fiscalía General del Estado debería convocar al alcalde en funciones para que explique bajo qué argumentos contrató al afamado “cólera”, cuando en Papantla era conocida su inclinación al delito, y cómo es que amasó tanta y semejante fortuna. Acaso con ello Jorge Winckler recupere un poco de la credibilidad perdida.
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A PESAR de las diferencias en la celebración de la fiesta, lo cierto es que en cualquier parte del mundo el Carnaval, como su nombre lo indica, es la Fiesta de la Carne, y su origen está relacionado con las celebraciones paganas en honor a Baco, el dios romano del vino conocido en la mitología griega como Dionisio, hijo de Zeus e inspirador de la locura ritual y el éxtasis. Es conocido, también, como el ‘Libertador’ (Eleuterio), ya que liberaba a las personas de su ser normal, mediante la enajenación y el vino. Por eso la característica común de ese festejo es la de ser un período de permisividad y cierto descontrol, y acaso la introducción tenga como objetivo un reclamo: el Carnaval que pretende Luis Antonio Pérez Fraga para la edición de este año, ya sea por instrucciones superiores o porque le ganó la edad, dista mucho de ser la fiesta alegre de otros años, cuando se permitía en las gradas la ingesta de alcohol con cierta moderación, sobre todo cerveza; se satirizaba a los políticos, artistas o intelectuales en boga porque era una especie de desfogue popular; se introducían algunos espectadores a bailar al ritmo de las comparsas, se arrojaban huevos rellenos de confeti, se decían picardías y los participantes usaban máscaras o disfraces con la que hacían mofa del sexo indefinido. En suma, era una fiesta sana que a pesar de todo no reportaba saldos rojos, ya que, en realidad, convivían familias enteras con sus hijos y parientes que les visitaban, dando rienda suelta a la alegría.
PERO POR alguna razón –que no es, precisamente, la inseguridad-, el Comité del Carnaval 2018 ha prohibido todo lo anterior, incluso, que las personas ingresen a las gradas con licor, palitos para selfies, cervezas en vasos desechables o maletas, y respecto al mal humor, donde antaño se quemaba una figura de cartón personificando a algún político rechazado o acusado de corrupción, esta vez se quemará a un mono peludo (sin albur) con cara de malhumorado, algo que resta alegría a la sociedad que deseaba ver, tal vez, la imagen de Javier Duarte, Donald Trump o, incluso, de una figura personificando a la violencia con ese mal humor que ha provocado tantas muertes, pero tal parece que a los organizadores se les agotó el cacumen. De acuerdo al otrora alegre “pollo” Pérez Fraga, presidente del Comité respectivo, el mal humor se quemará en el zócalo de Veracruz la noche del miércoles 7 de este mes, y será “un mono peludo con cara de enojado” (casi casi como para recetarle tres groserías al, ahora, santificado y siempre bien ponderado pollito-chicken por semejantes medidas), aunque aclara que si llueve, al mono peludo se le matará a garrotazos (sic), ya que se trata de evitar politizar la fiesta más importante de la ciudad, lo cual fue la instrucción del presidente municipal Fernando Yunes Márquez. “Políticamente, como lo he dicho siempre, la instrucción del alcalde es que por ningún motivo se politice el carnaval, ni en colores ni en personajes ni en vestuario, esa es la instrucción que yo tengo y la hemos seguido al pie de la letra; el carnaval es de todos los colores, de todos los veracruzanos, por tanto, lo integramos todos, pertenecen a diferentes colores, a diferentes partidos pero el carnaval es de todos”, dice.
A ESTAS alturas de los impedimentos, solo falta que el afamado “pollo” le salga, ahora, a los veracruzanos con que de última hora se prohíben los desfiles con escasa ropa, además de las comparsas, y que en su lugar convocarán a las señoras de la vela perpetua, a las inmaculadas del santo rosario y a la liga de la decencia y la moral, cubiertas hasta el cuello para que no ofendan las buenas costumbres de un pueblo que a diferencia del descrito por el “Flaco de Oro”, Agustín Lara, en lo sucesivo solo sabrá llorar, pero nada de reír o cantar. Ni hablar, a emigrar a Puebla o lugares circunvecinos en tiempos de Carnaval a ver si allá si nos permiten un vinito en honor a Baco, Dionisio o Hathor, los tres señores del vino. Por lo pronto Concha y sus muchachas ya dijeron que no vienen. Así las cosas OPINA carjesus30@hotmail.com
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