Leía ayer un artículo de El Universal sobre cómo vive Javier Duarte de Ochoa en Prisión. En resumen, dicen que está aislado con la finalidad de que no sea agredido, según recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. También hace referencia que Duarte se hace su propia comida con ingredientes que le llevan sus abogados y que hasta toma té de manzanilla.
Si uno lee el artículo, pareciera que Duarte está solo y abandonado pues dice que solamente lo visita su abogado Marco Antonio del Toro y su hermano Cecilio Duarte de Ochoa.
Llevando el artículo a la imaginación, me viene a la cabeza: “¡está a todo dar!” Pues tiene bastantes comodidades porque lo más difícil de la prisión es la convivencia con los reos y la comida. Pero él pareciera que vive en un departamento de soltero y que no puede salir a la calle porque está en cuarentena.
Pero ¿Qué pasaría si Javier Duarte de Ochoa sale de la cárcel? ¿Ha pensado usted en esa posibilidad?
En abril del año pasado, cuando fue detenido en Guatemala, había opiniones diversas, incluso hasta se hicieron encuestas en las redes sociales. La mayoría expresaba indignación porque aseguraban que quedaría en libertad y en la total impunidad.
Con su extradición a México y su ingreso al Reclusorio Norte en el mes de julio, la calma volvió pues el hombre considerado en esos momentos el más corrupto de México estaba tras las rejas.
En la primera audiencia, Duarte no se inmutó y hasta con sus frases ocurrentes salió. Pero en la segunda, la del sábado 22 de julio, el asunto fue diferente ya que la PGR presentó 82 pruebas en su contra donde lo acusa por el desvío de por lo menos 430 millones de pesos que salieron de tres secretarías del estado: la de Educación, de Salud y la de Finanzas. Sin embargo, en esta ocasión la PGR no presentó pruebas del monto total desviado, sino solamente de una parte, por lo que el juez federal le otorgó a la Institución un plazo de seis meses para ampliar la investigación y presentar más pruebas en contra de Duarte de Ochoa por lavado de dinero y delincuencia organizada.
¿Por qué no se presentó Javier Duarte a su audiencia? De inmediato “el dónde quedó la bolita” entró en acción:
Su abogado defensor aseguró que no le notificaron con 48 horas de anticipación como marca la Ley.
El Director del Reclusorio no presentó a Javier Duarte.
El juez de control dio la razón a la defensa y aplazó la fecha de audiencia para el 31 de enero porque así se lo marca el sistema electrónico.
Mientras, la PGR trataba de convencer al juez de que fijara una audiencia antes del 22 de enero, pues para esa fecha el plazo ya se venció.
Pero ¿Por qué no se presentó el ex gobernador? ¿Acaso no quiso ir a su audiencia?
Seguramente por estrategia jurídica, ya que si no se presenta el imputado y su defensa, simplemente no hay audiencia. ¡Ah! pero eso sí, unas horas antes, sus abogados entregaron un escrito argumentando la violación al debido proceso por no hacer la notificación respectiva.
Ante la suspensión de la audiencia de inmediato de volteó a ver a la PGR y se le señaló su error y se le echó la culpa. Sin embargo, nos comentan que antes de que el plazo se cumpliera, la PGR hizo la solicitud correspondiente al acto de investigación, el juez la otorgó y señaló el día de la audiencia para que se presentara Duarte de Ochoa. ¿Pero sí ya la había otorgado, porque no la notificó en el tiempo que marca la Ley de 48 horas?
La PGR se ha quedado con la papa caliente, pues el plazo se le acaba y si quiere presentar las pruebas de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, deberá solicitar la ampliación de la investigación y esto alargaría una vez más el proceso, aunque ya no podrá ser mayor a seis meses de acuerdo al Nuevo Sistema de Justicia Penal.
Otra de las cosas extrañas y de preguntarse es ¿Por qué el Director del Reclusorio Norte no presentó a Javier Duarte de Ochoa?
Aunque se dijo que se investigaría, lo cierto es que Javier Duarte se negó a ir. Y entonces ¿un imputado puede hacer su voluntad cuando está sujeto a un proceso judicial?
Parece que ahora los jueces tienen mucha consideración a Javier Duarte y si no quiere ir, pues que no vaya, total… “no pasa nada”.
Para compensar la ausencia de Duarte, sacaron la información de que la Auditoría Superior de la Federación había presentado en el mes de diciembre otras siete nuevas denuncias contra la administración de Javier Duarte por 4 mil 300 millones que debieron destinarse a la salud y la seguridad de los veracruzanos. De esta forma acumula un récord histórico de 71 denuncias.
Pero ¿de qué sirve que sean mil si el juicio que se le sigue al ex gobernador no las incluye?
Aunque la PGR dice que el caso Javier Duarte está más sólido que nunca, Marco Antonio del Toro, su buen abogado, el mismo que ha logrado la prisión domiciliaria para Elba Esther en su departamento de lujo seguramente tiene una estrategia, algo que violente el proceso y pueda echarlo abajo o de plano que los recursos desviados sean cuantificados a la mínima expresión.
Quisiera equivocarme, tener fe en la justicia mexicana, pero todos los procesos que llevan los ex gobernadores acusados de corrupción sólo indican una cosa… Total impunidad en México.
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