1.- El jueves pasado estuve en la Facultad de Contaduría de la Universidad Veracruzana, fui invitado por uno de sus catedráticos para dar la plática, sobre los problemas políticos vigentes que sufre el pueblo mexicano. Hacia buen tiempo, que no me cuestionaba sobre el tema del hombre y sus conflictos internos y externos, y la verdad es como adentrarse al oscuro abismo de la nada Sobre todo cuando el que trata de explicarlo, quizás por su edad cronológica, ahora sienta temores e inquietudes, los cuales no sentía antes el menor cuidado.
Lo que sí es cierto, es que siempre hay un responsable de lo que suceda tanto en lo particular como en lo público, incluso hay acontecimientos que se dice se producen por sí mismo, sin que el hombre intervenga. Sin embargo, en las desgracias sociales, por la necedad e irresponsabilidad de asentarse en espacios, -con la anuencia de la autoridad-, en donde históricamente son riesgosos siempre se provocan catástrofes.
No obstante, la constante es culpar al otro, y en muchas ocasiones sin investigar qué tipo de leyes rigen el devenir del hombre o su adaptación a éstas normas. Así también, se pierde de vista, en caso de culpa, el no saber exigir que el responsable rinda cuentas.
2.- Hasta dónde se puede aceptar que una mayoría del pueblo mexicano tenga consciencia o ese conocimiento, para reflexionar, el cual se ha convertido en algo lejano, pues los medios ideológicos del Estado Mexicano, lo han llevado a comportarse con un carácter precario y carente de condiciones deliberativas. Todavía hace poco, una gran mayoría de clase media, se refugiaba en la interpretación del marxismo, el cual le suministraba ideológicamente una explicación al menos aparente de su condición miserable o carente de recursos. Sobre todo, por la comodidad de justificarse, entre los opresores y oprimidos, lo cual no es nada nuevo bajo el sol. Sin embargo, hasta dónde puede considerarse un esbozo de solución, faltaría por saber sobre el orden de ésta sociedad tribal o cerrada y lo que podría ser una comunidad del futuro.
En un Estado mexicano descompuesto desde sus autoridades hasta la población en general, difícilmente alguien se puede salvar, por la sencilla razón de estar inmerso en ese todo compuesto al que pertenecemos. La tragedia consiste en cada uno de nosotros y está condenado a la incapacidad o mutilación, al tratar de elegir una vida íntegra, pues es realmente difícil apalear a una pureza en medio de la corrupción. Se habla mucho de los muertos que ha habido en estos desastres, pero se olvidan los más de 200 mil que van en dos sexenios.
3.- Gabriel Marcel, filoso francés, quien escribió el libro, El hombre problemático, sostenía que los individuos tan sólo pueden ser entendidos en las situaciones específicas en que se ven implicados y comprometidos. Aunque tal afirmación constituye el eje del pensamiento, calificado como existencialismo, aun así, ésta sentencia puede dar luz a la incertidumbre en que viven los habitantes de este país, y que recientemente afloraron sus limitaciones y fortalezas, no únicamente en el sismo sino dentro de las calamidades de la naturaleza. Sin duda, es a partir de los problemas del hombre creados por sí mismos, quienes llevarían a la aceptación de ésta proposición hipotética del Marcel.
Es urgente que el próximo responsable del país, me refiero al presidente mexicano, quien tiene enormes facultades políticas y jurídicas, le pueda dar al pueblo, el empuje necesario para que pueda dejar a un lado tanta pasividad, pues ante ésta no hay coraje suficiente para salir del tremendo atraso en que viven los habitantes de México. Acepto que la opinión es unilateral, y los que podemos expresarla en este tipo de medios, no debemos estar desprovistos de información pero mucho menos del juicio político, tan necesario en el hombre pensante. |
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