Estamos ante un estado endeudado, con dificultades para cubrir sus compromisos y obligaciones, con escándalos de corrupción y desvío de recursos, que enfrenta una ola de violencia que se multiplica peligrosamente, en estos delicados momentos nadie se arriesga a invertir en la entidad lo que genera desempleo y falta de oportunidades, la crisis de seguridad provoca tanto miedo que paraliza, la pelea entre los grupos políticos del PRI y el PAN sube de tono y pareciera no tener fin. |
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Estamos ante un estado endeudado, con dificultades para cubrir sus compromisos y obligaciones, con escándalos de corrupción y desvío de recursos, que enfrenta una ola de violencia que se multiplica peligrosamente, en estos delicados momentos nadie se arriesga a invertir en la entidad lo que genera desempleo y falta de oportunidades, la crisis de seguridad provoca tanto miedo que paraliza, la pelea entre los grupos políticos del PRI y el PAN sube de tono y pareciera no tener fin.
Para llegar a esta delicada situación el congreso veracruzano jugo un papel fundamental, pues es ahí donde muchas decisiones fueron acordadas, revisadas y aprobadas, donde se tenía que hacer valer su soberanía y defender los intereses del pueblo, donde hace doce años la llamada oposición fue amplía mayoría con 29 diputados de un total de 50 y donde actualmente continúa teniendo una importante representación, donde se revisan los resultados de auditorías y se da seguimiento al trabajo del Órgano Fiscalizador, donde se aprueban empréstitos, adquisición y restructuración de deudas, es decir donde se pudo revisar y denunciar en tiempo y forma lo que hoy señalan con estridencia mediática.
En Veracruz nadie hizo su tarea, mucho tiempo vivieron un gran romance gobierno y la oposición, donde el PAN siendo amplia mayoría puso el mal ejemplo como dócil comparsa, peleando con sus pares la preferencia del ejecutivo veracruzano, aunque los peores aliados fueron aquellos que se abstuvieron de emitir su voto, con la finalidad de recibir prebendas del gobernante en turno y engañar al pueblo con un falso rechazo a muchas medidas tomadas, algunos de estos supuestos opositores se han mudado de partido intentando promoverse como esperanza y borrar su pasado.
El escenario veracruzano es de total incertidumbre política, económica y social derivado de una deficiente administración que se conjuga con una irresponsable lucha por el poder entre PRI y PAN, no para servir al pueblo y solucionar sus problemas y atender sus demandas sino para disfrutar sus delicias, gozar de jugosos salarios, realizar negocios bajo el cobijo del influyentísmo, obtener comisiones por gestiones y "moches" sobre compras y contratos, además de utilizar el presupuesto como algo propio, ese es el meollo de tanta disputa, donde lo que menos importa es la transparencia, la justicia y la paz para ellos sus intereses son primero.
Se fue Javier Duarte, pidió licencia y se apresta a continuar la guerra con su contraparte Miguel A. Yunes, lanzándose mutuamente sendas acusaciones sobre irregularidades en su paso por el servicio público y de enriquecimiento ilícito, ambos interponiéndose denuncias, Duarte ha dejado el cargo de gobernador y Yunes tal vez no lo asuma por los mismos motivos, comparecer ante las autoridades por la corrupción que entre ellos se señalan, ambos afectando el futuro y desarrollo de los veracruzanos.
JORGE MARIN BARRAGAN Orizaba, Ver. A 13 de octubre de 2016.
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