Ya no entendí. Que alguien me explique esa propuesta para eliminar el fuero a los “funcionarios públicos”, sí así como lo lee.
Como parte de un proyecto integral para crear un Sistema Estatal Anticorrupción en Veracruz, el gobernador Javier Duarte anunció que presentará tres iniciativas de reforma constitucional. Hasta ahí todo va bien, la sola palabra “anticorrupción” suena bien.
Pero cuando llegué a la parte del fuero, me pregunté en qué momento les concedieron ese privilegio a tantos funcionarios públicos.
La iniciativa que se supone será presentada en el Congreso del Estado, considera la eliminación del fuero constitucional al Gobernador del Estado, presidentes municipales, síndicos y titulares de los organismos autónomos, con excepción de los titulares de la Fiscalía General del Estado (FGE) y de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH).
Hasta donde sé y, antes de redactar esta columna, hablé con un buen amigo que tiene una amplia experiencia en el servicio público, sólo el gobernador, los alcaldes y diputados locales tienen fuero constitucional.
Y qué es el fuero… aquella prerrogativa contemplada en la Constitución que exime a los diputados y senadores de ser detenidos o presos, sin previa autorización del órgano legislativo al que pertenecen.
Además de eliminar este privilegio a funcionarios públicos que se supone no lo tienen, el proyecto plantea la creación de una Fiscalía Especializada en el Combate a la Corrupción, órgano que se especializaría en detectar, sancionar y erradicar los hechos de corrupción y conflictos de intereses de competencia estatal, cuyo titular sería nombrado por las dos terceras partes del Congreso local y su duración en el encargo sería por cinco años.
¿Más burocracia? Innecesaria desde mi perspectiva, si los órganos que tuvieran que hacer su trabajo lo hicieran, no se necesitaría más estructura gubernamental para combatir y erradicar la corrupción.
Si la Contraloría General del Estado, el Órgano de Fiscalización Superior (Orfis) y la Fiscalía General del Estado realmente revisarán a fondo la aplicación de los recursos públicos, reportaran las irregularidades, interpusieran las denuncias y se investigara, la corrupción sin duda sería menor…
Por eso sigo sin entender la propuesta.
Enredados en las redes
Las redes sociales tienen enredada a la juventud, reconocen la problemática, están conscientes de la adicción que genera el móvil y sus plataformas digitales, pero la mayoría no hace nada para evitarla.
Manejan en promedio seis redes sociales (algunas muy nuevas, otras que ni siquiera conozco), y todas las consultan a diario, varias veces al día, por lo que en promedio les dedican al menos cuatro horas.
Vine, Snapchat, Periscope, Secret, Whisper, Yik Yak, Telegram, pero la reina sigue siendo Facebook, es ahí donde se "informan" y enteran de las principales noticias, de los sucesos más importantes de México y el mundo.
Cada red social forma una burbuja alrededor del individuo en lugar de conectarlo, la verdad es que aíslan, parcializan la realidad.
Nuestros jóvenes tienen que lidiar con un monstruo sin cabeza, que los deja sin privacidad, que los expone a delitos como el ciber bullyng, trata de personas y robo de identidad, pero sobre todo que los hace perder su tiempo en familia y de convivencia social.
El resquicio de luz se ve en el reconocimiento del problema (la aceptación siempre será un paso adelante para la atención y solución de una dificultad), y algunos, muy pocos y contados, se empiezan a auto exiliar para liberarse de las cadenas de las redes sociales.
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“La ignorancia de la Ley no exime de su cumplimiento”, frase del curso de capacitación a periodistas en el nuevo sistema de justicia penal, impartido por el Consejo Estatal de Seguridad Pública.
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