1.- La rectoría de la UV últimamente, le ha dado por aparecer de manera constante, con la idea de dar y recibir reconocimientos “a la trompa y talega”, así decían los abuelos. Tal síntoma no es nuevo ni exclusivo de esta Institución académica, lo que necesitan es ser más rigurosos en ese“reconocer para ser reconocido”, ello les evitaría ser reprochada. En realidad no se puede transitar por el mundo tratando de encontrar “la identidad perdida o al otro”, (aunque no se desecha el interés personal de tipo mercantilista, de quien pretende reconocer o premiar). Lo que sí es verdad, respecto al inconsciente, es que está hecho de “fijaciones imaginarias”, las cuales se reflejan en la historia de cada individuo, por ello, muchos se la pasan tejiendo en la memoria o reescribiendo su pasado.
Amable lector, sobra decir que la rectoría de la UV, ha caído en este tipo de síntoma grave, relacionado precisamente con el “sujeto supuesto saber”, con el que se está dispuesto a pagar por ello. Los auto/reconocimientos a las figuras internas y externas, caen en verdaderas subjetividades o falsas afirmaciones al designar al “otro yo”. Para explicarlo de mejor manera, se usará un término de Hegel quien diría; “es una mediación de -el error, el cual es una lógica de la astucia del inconsciente para alcanzar la causa del deseo”. El sujeto, es entonces, también es aquel que se encuentra en posición activa frente al objeto inerte con el riesgo de estar inmerso en el “sujeto supuesto creer”.
Pareceun sarcasmo subjetivo, pero trataré de no perder la misma estructura, con el siguiente ejemplo. Aún sin inmiscuir a la universidad, la representante máxima de esa casa de estudios, se fotografía con Jorge Castañeda y con un exrector, y la envía por Facebook ¿cuál es la causa de ese deseo?(aparte de regionalismo ancestral tan arraigado en nuestro pobre país). Por la manera de comportarse ella va más hacia el objeto quimérico de la fantasía, en donde se materializa el vacío del deseo. Lo cual resulta sorprendente en una prestigiada investigadora, aunque hay una sentencia que dice: “mucha erudición no enseña comprensión”.
2.- El psicoanalista siempre tratará de que su paciente verbalice el significado de su síntoma.El analista político también lo puede escudriñar en los actores públicos. Ya lo dijo el indiscreto de Diógenes Laercio conocido como el príncipe de la palabra, éldialogabasobre el comportamiento de ciertos mercaderes, y recordaba con ahínco; “la enfermedad del alma cuando desea lo imposible”. En párrafo anterior, ya se habló de la quimera“del supuesto saber”, el cual atañe también a las cosas invisibles del alma.
Ahora bien, no se trata de ser insidioso, sobre todo tratándose de un género tan defendido hoy día. Lo que se está analizando es el síntoma de sus actuación en un medio político corrompido, y del cómo;el sujeto (a) organiza su goce. Y es que no es nada sencillo arribar a la punta de la montaña, y no disfrutar el ideal de la vida posmoderna,me refiero al “American-güey-off-life”; para hacer realidad nuestros sueños; acariciar a personajes; viajes; autos; comidas y hoteles de primera. Heráclito en palabras de J. Lacan dice, la mayor parte de los seres humanos despiertan para seguir soñando. Pero cuando soñamos despiertos, sentimos un inmenso placer. Sin embargo, ello causa incomodidad y vergüenza confesar tales fantasías a otros.
3.- Las mujeres y hombres públicos con altas responsabilidades tendrán que cuidarse, de los asesores, los cuales hay cada día más, debido a que los que arriban al poder¡no son políticos! por tanto, desconocen el todo. Pero no se trata de encontrar de dónde viene la culpa, y el remordimiento. Lo que se propone es que se evite la catástrofe, y tampoco es ponerse el abrigo de la neurosis y sus consecuencias; ni defender o estar en contra de “los posibles reconocidos”, como fue caso de Jacobo ZabludovskyKraveski, el cual también fue un acto fallido de quienes lo promovieron. No es sencillo explicar las relaciones entre víctimas y victimarios, pues eso implica tomar partido en favor de una de las partes. Por ello, sólo se da cuenta de la relación analítica, la cual, quedará en ésta razón metódica. |
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