Frente a la enorme sequía económica que padece, el gobierno del estado busca recursos hasta debajo de las piedras; en esa lógica, sumadaa las obligaciones económicas que ha contraído agrega ahora la autorización a los ayuntamientos para contratar deuda con el Banco de Obras, sin importar que seafecte a futuras administraciones, un mecanismo semejante al de la bursatilización del 20% del impuesto a la tenencia, que sólo dejó deuda sin obra pública que la justifique.
En la Secretaría de Hacienda y Crédito Público el gobierno veracruzano tiene registradas obligaciones y empréstitos superiores a los 38 mil millones de pesos, las participaciones están prácticamente comprometidas pero, sin embargo, se resiste a reconocer esta realidad. ¿Acaso los equivocados somos nosotros, o sea, la sociedad, la directamente afectada por los aciertos, los deslices y hasta las corruptelas de quienes gobiernan?
La experiencia del reciente pasado del que pocos quisieran acordarse porque fueron seis años desperdiciados en una onerosa corrupción, no habla bien de la clase política gobernante, son precisamente quienes promovieron la bursatilización del 20% del impuesto a la tenencia vehicular con el cuento de que se iba a conseguir recurso fresco para construir infraestructura moderna en Veracruz, los resultados ya los podemos advertir: una deuda que gravita sobre los ayuntamientos, no se construyó la infraestructura que se había prometido, la población veracruzana padece rezagos sociales y la desigualdad social es mayúscula.
Por el contrario, por ese desbarajuste administrativo-financiero de los seis años del gobierno “fiel”, el gobierno actual que postula un progreso más que virtual apenas tiene para el gasto corriente y navega en aguas procelosas porque en el seno de la sociedad veracruzana bulle la inconformidad que brota a la luz pública en manifestaciones de protesta organizadas en diferentes puntos de la geografía veracruzana.
Lo más desalentador es que tres años han transcurrido de la presente administración y no se observa diferencia respeto de la inmediata anterior, salvo la derivadadel estilo del gobernante, a quien no se le regatea buena fe en sus actitudes desde el poder pero a quien sus colaboradores, ya por ineptitud, ya por conveniencia, no lo secundan en el empeño, preocupados más por su futuro personal que por cumplir con el compromiso conferido, en esas condiciones sólo representan una pesada carga para el erario.
Dentro de la nómina elitista figuran los llamados asesores, con sueldos estratosféricos que riñen con el universo de pobreza que es Veracruz, y por si no bastara su condición presupuestívora,en los hechos no hay constancia de su utilidad. Un caso tomado al azar nos ilustra su ineficiencia:es el ofrecimiento de poner autobuses a disposición de los migrantes para su traslado al norte de la república. Ese acto de buena fe, de sensibilidad humana, riñe sin embargo con ordenamientos legales que lo hacen improcedente pues no lo permite el status legal de los indocumentados. ¿Quién de los costosos asesores debió anticiparse a ese desliz para que no se produjera? En los hechos ya poco importa pero el caso se suma al grueso expediente de los ofrecimientos nonatos, que en la perspectiva histórica se convierten en pesados fardos políticos, pues con esto de los autobusessimplemente se le proporcionó a los migrantes un motivo de justificada protesta.
El más reciente de los ofrecimientos es la ayuda para los propietarios de los automóviles dañados por la granizada del domingo pasado. Fue un compromiso de botepronto que en el transcurso de los días algunos colaboradores del ejecutivo se han encargado de desinflar de manera paulatina. Primero se habló de una cantidad de dos mil 500 pesos, pronto se bajó a dos mil y mil 500, anexo a una serie de requisitos que más parecieron ganas de no cumplir que de satisfacer su solución. Un servidor público de finanzas se amarró el dedo declarando que aún no sabían a qué partida presupuestal cargar la erogación, como si un egreso de esa naturaleza no pudiera cargarse a la partida de “gastos imprevistos”, como con frecuencia se estila cuando se trata de ciertos “apoyos” discrecionales. El resultado ya está en las redes sociales.
El mejor termómetro de la elevada presión social que prevalece en nuestro entorno lo constituye el desfile obrero de este primero de mayo, que en principio ya no convocó a la ciudadanía como antaño lo hacía y aún las propias autoridades se mostraron ausentes ante un contexto pleno de protestas, que son las que verdaderamente desfilaron y dieron la nota.
alfredobielmav@hotmail.com sociedadtrespuntocero.com
2-Mayo-2014
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