El PRI ha decidido cuidar su amplio margen de ventaja no exponiendo a su candidato a situaciones que pudieran hacerlo tropezar, este es llevado entre algodones a mítines, entrevistas y foros donde no sea cuestionado con dureza y pueda responder cómodamente, es lógica la postura, así lo dice el manual de campañas, quien lleva la delantera no debe arriesgar sino mantenerse fuera de la polémica, el ejemplo más claro de lo que quieren evitar es lo que sucedió a su contrincante López Obrador en el 2006, no mantuvo la calma y se enganchó con la guerra sucia desatada por los panistas y la ultra derecha de la mano del publicista español Antonio Solá.
De momento la estrategia priista es correcta, sin embargo, faltan más de dos largos meses de campaña y las invitaciones a foros adversos así como los debates obligatorios no podrán ser evitados de manera permanente, es más, la cancelación de sus comparecencias irán restándole puntos como es el caso de su cita este martes 24 de abril con estudiantes de la IBERO a la cual no acudirá argumentando problemas de agenda, por si faltaran presiones en las redes sociales están atentos a su respuesta en relación al debate convocado por la periodista Carmen Aristegui para el miércoles 25 del presente, aunque los resultados de las ultimas encuestas le han dado la salida perfecta, podrá decirle al auditorio que accede a la petición de Josefina Vázquez de debatir con el segundo lugar por lo que esto será posible una vez que se defina ya que hay empate técnico entre ella y López Obrador, posteriormente el candidato priista puede recurrir al argumento de su estricto apego a la ley electoral que solo lo obliga acudir a los debates convocados por el IFE, ya en ese espacio de reflexión oficial tratar de ignorar a sus adversarios para exclusivamente dar a conocer sus propuestas y dejar de lado los ataques.
El tercer lugar de la contienda es ya Josefina Vázquez Mota, el plan de campaña hasta ahora la obliga a atacar constantemente no solo a Peña Nieto, sino a López obrador que le arrebatara en los últimos días la segunda posición, es decir, Antonio Solá repartirá el arsenal de lodo en dos frentes para bajarles preferencias y la candidata panista se ocupa en que le crean sus propuestas para escalar posiciones, lo que ya de por si es complicado por el desgastado gobierno de Felipe Calderón.
Josefina Vázquez no ha tomado las decisiones adecuadas, no quiso o no la dejaron remover a su coordinador de campaña Roberto Gil que lleva en picada su campaña, de manera errónea pensaron que eso sería un signo de debilidad, pero, lo que hizo al apuntalarlo con personajes como Juan francisco Molinar, German Martínez y Juan Ignacio Zavala cuñado del presidente Felipe Calderón no solo la muestra como una candidata débil sino dependiente totalmente del gobierno de la República, aunque en realidad así sea, debió de aparentar ser independiente para que su nuevo eslogan de la jefa fuera creíble, darle una salida digna a Roberto Gil como vocero y nombrar un comité de campaña que incluyera a hombres y mujeres sobresalientes de su partido bajo la batuta, tal vez, de Diego Fernández o para verse institucional de Gustavo Madero presidente del panismo.
Hechos los ajustes pertinentes, más que dedicarse a señalar errores ajenos debería ocuparse en el contenido de sus mensajes, no le ayuda la guerra sucia, los ciudadanos al verla candidata pensaron con alivio que por ser mujer las campañas serían ajenas a la violencia, hartos de enfrentamientos han quedado desilusionados mirando otra alternativa lo cuál explica el crecimiento de Andrés Manuel López Obrador.
Andrés Manuel sin duda aprendió la lección de 2006, señala de manera puntual lo que a su juicio no funciona pero esta vez controla sus gestos y sus tonos, manda con su comportamiento señales de paz, de firmeza más no de confrontación, eso le ha ayudado a reducir sus números negativos de manera impresionante y lo pone en competencia. El haber recorrido el país municipio por municipio le da ventaja sobre sus adversarios, es el único de los aspirantes que ha estrechado la mano de todos sus colaboradores y todo aquel que ha pretendido una fotografía a su lado la tiene, incluso autografiada, no es algo sin importancia, es lo mas importante, el contacto con el pueblo, su pueblo, que no pierde la esperanza por el contrario la siente y la toca en su persona.
El contenido de sus propuestas y su discurso buscan trasmitir que es posible aspirar a un cambio, de la tragedia a un estado de bienestar, que lucha contra la corrupción y la impunidad, que ofrece encabezar un gobierno austero donde los lujos, los viajes en primera clase y los privilegios de la clase gobernante lleguen a su fin para poder ampliar los programas sociales en favor de los que menos tienen, reducir impuestos y el costo de las gasolinas y la luz eléctrica para poder generar empleos que demandan los jóvenes de la nueva generación, el cambio verdadero.
Su mensaje no es el problema, el entorno es su mayor debilidad, los partidos con sus cuotas y sus burocracias que le impusieron candidatos totalmente opuestos a lo que pregona, algunos incluso renegaron del proyecto y su persona, no solo de palabra sino de acción y omisión, Andrés Manuel López Obrador lleva a cuestas una difícil campaña y un pesado lastre en muchos de sus candidatos, Veracruz que lo vio ganar hace 6 años es ejemplo para bien y para mal.
El Movimiento Progresista debe exigir a las estructuras de los partidos y a sus candidatos a diputados y senadores que hagan campaña por el candidato presidencial, llevar su mensaje y ser aval de sus compromisos, es la única manera de aspirar al triunfo de lo contrario escucharan el molesto, “se los dije”.
JORGE MARIN BARRAGAN
Orizaba, Ver. A 21 de abril de 2012. |
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